sábado, enero 20, 2007

EL TAÍNO

La imagen superior representa lo que una servidora ve cada vez que echa una ojeada a la izquierda -y lo hace con relativa frecuencia- desde la barra de su bar favorito.
Todas las noches, tras el correspondiente ensayo con mi grupo de teatro y antes de retirarme a casa, es casi obligatoria la parada en el Taíno para fumar un cigarrillo y degustar una Paulaner bien fresquita. Como todo el mundo debería saber, dicha cerveza posee propiedades curativas para distintas afecciones del organismo ( a fuerza de repetírnoslo algunos hasta ya nos lo hemos llegado a creer...), y no estaría de más que, puesto que hay tanto experto sobre cualquier tema por pintoresco que éste sea, hiciéramos un estudio empírico, profundo y contrastado acerca de dicha teoría.
Un rato de tertulia agradable y distendida, donde nos contamos lo bueno y procuramos obviar lo malo (tampoco es plan de amargarle la Paulaner a nadie ¿no lo creen Vds. así?), y como fondo, la sonrisa alegre y burlona y la voz aguda de S., la gracia y el desparpajo de F. ante sus propias reflexiones y los silencios prudentes de J. mientras los dos actores hablamos de "lo nuestro" -que ya es lo suyo también-, y que de vez en cuando interrumpe con algún que otro chiste deslizado con suave comedimiento.
Mientras, una gran pantalla plana de televisión que casi pende del techo escupe de continuo video-clips (o fútbol cuando toca, claro), y la menda, rápida y nerviosa, con una respuesta motora en sus miembros inferiores más propia de un mecano que de un humano, mueve sus pies al compás de la música y provoca el regocijo de sus amigos que dicen: "Mírala, ya está, como si funcionara a pilas o a euros... igual".

No hay comentarios: