martes, febrero 20, 2007

MI JEFE, EL PESCADERO Y YO.


Hoy me ha preguntado mi Jefe sobre qué tal me va en el teatro. También se ha interesado por el asunto del pescadero, aunque ya sabe de sobra que el pescadero y yo hemos roto definitivamente. Es un buen hombre –digo el pescadero-, incluso parece demasiado bueno, tiene los mofletes redonditos y coloradotes y es un poquito pesado. Pero no sé... cuando le veo sosteniendo la lenguadina en la mano, me da cosa, no mola. A mí me van los tipos más canallas, otro estilo.
Le dije al Jefe – el hombre, en el fondo, es como un padre para sus empleados-:

-En el teatro bien, y de lo otro... ná de ná, ya sabe que ese tipo no me gusta, que si me gustara...-

Se ha girado con gesto sorprendido.

-¿Qué quieres decir? ¿que si te llega a gustar...?-
-Ajá...-
-No me digas...-
-Solo se vive una vez- respondo con displicencia.

Me he ido riendo sola por el pasillo porque ya sabía yo que con esa respuesta le iba a tener “mosca” un buen rato.
A los cinco minutos, siempre sonriendo, ha salido del cuarto de sesiones y ha vuelto a la carga mientras caminaba hacia el otro extremo del corredor:

-Vaya, vaya, habrá que vigilarte-
-No se crea ... que el día que yo peque, intentaré que no se entere nadie.-
-¡Ya me lo figuro! de todos modos... te vigilaré y, ante la más mínima sospecha, hablaré con tu marido-
-Ja,ja,ja... él ya me conoce y se teme lo peor...-

Estoy contenta, porque ahora tendré al Jefe una temporadilla más preocupado por mis actitudes personales que por mis aptitudes profesionales, de tal modo que cuando se dirija a mí, apenas me preguntará por cuestiones laborales, cuestiones que, por otro lado, no domino en absoluto. Cada vez merezco más estar en el “candelero” porque cada vez me parezco más a los que salen en el tomate.

No hay comentarios: