martes, marzo 06, 2007

APOSTILLANDO EL ARTÍCULO ANTERIOR


Creo que me he expresado mal en la entrada que hice ayer sobre las modelos a juzgar por algún comment. Da la impresión de que cargo contra ellas y además las insulto. Líbreme Dios de tal cosa, lo último que quisiera ser en esta vida es vulgar y mezquina.

Me preguntaba sobre el tipo de criterio que utilizan los entendidos a la hora de baremar si una modelo es madera de estrella o no. Ante la estupefacta e ignorante mirada de una servidora, en la pasarela son todas iguales sin excepción -igual de guapas, altas, delgadas, jóvenes...-

De hecho se les exige un canon de peso, estatura y medidas y, cuando pasan una colección o tendencia, van maquilladas y peinadas de un modo semejante. Por lo tanto no veo de qué manera pueden destacar o diferenciarse entre sí los empleados de un oficio en el que son utilizados solamente como perchas humanas, de hecho creo que les impiden cualquier tipo de expresividad facial para que la atención del potencial comprador ÚNICAMENTE recaiga sobre la indumentaria que lucen.

Si en ningún momento se les permite lucir ninguna otra aptitud, salvo las comunes y exigidas para la función que desempeñan (aspecto físico y saber caminar cruzando los pies sin caerse), ¿qué tiene que suceder para que un día salte a los medios el nombre propio de una de ellas? ¿qué ha de hacer de especial la paisana? ¿pesar cuarto kilo más o menos? ¿cruzar las piernas hasta dejarlas enredadas como las de un faquir...?

En NINGÚN CASO he querido decir que no tengan cerebro o personalidad. Precisamente esos valores, que son los que realmente podrían diferenciar entre sí a los soldados de un ejército compuesto por hermosas esculturas, quedan relegados dentro de ese ámbito laboral a un segundo plano.

No hay comentarios: