lunes, abril 16, 2007

AL SALIR DEL HOTEL



En calidad de ex-adúltero salió del hotel. Cuando entró allí dos horas antes le había parecido un local viejo, oscuro y anticuado. Al salir la sensación fue bien distinta, como que creyó que se había equivocado de edificio.

A pesar de todo, al recibir la bocanada de sol y de luz, dudó... ¿Y si en realidad las paredes del hotel eran las mismas? ¿No sería, simplemente, la dicha que sentía por haberse quitado un peso de encima al haber roto su relación con ella?.

Atravesó el hall y, avergonzado, obvió al recepcionista. Si le hubieran preguntado por las razones de su apuro no habría sabido qué decir. Salió del establecimiento y miró pensativo a ambos lados de la calle sin decidirse por ninguna dirección en particular.

Percibía la mirada inquisidora del recepcionista a través de los cristales de la puerta. Se giró desafiante: "¿porqué me mira tanto ese tipo?"

Pero no vio a nadie. Es más... por no haber, no había ni hotel ni suelo bajo sus pies. Simplemente flotaba como una de esas pelusas que sueltan los chopos en primavera. Había perdido su dignidad, su identidad y hasta provocaba la misma alergia que ellas.

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