miércoles, agosto 29, 2007

EL PUNTO DE FUGA DE LA PALOMA

Los rudimentarios conocimientos de geometría que tiene una paloma, en una ocasión le llevaron a ignorar que, de seguir caminando por el sendero trazado entre dos líneas paralelas, nunca llegaría hasta el punto de fuga.

-“Parece que está ahí, si ya casi lo estoy alcanzado...”

Cansado de andar, el pobre animal, echó mano de un triste recurso, ese que sugiere que no hay principios matemáticos, ni taxativas leyes geométricas que superen a la imaginación y al deseo que tenemos de ser libres.

Empezó a batir sus alas para echar a volar y “fugarse” del camino establecido, pero ya estaba lo suficientemente exhausta como para no percatarse de lo cruel y malvado que puede llegar a ser el destino. Al poco rato de emprender el vuelo, atisbó a lo lejos y se dio cuenta que, por más que haga uno en esta vida, hay cosas imposibles de conseguir. O no...
Todos fuimos testigos presenciales del sonido seco que produjo la detonación. La perdigonada le excavó un pequeño túnel hasta el mismísimo corazón, y la paloma cayó abatida al suelo en un instante, tiempo suficiente para saber que existe un medio -posiblemente el único- para encontrar ese dichoso punto de fuga. Mire Vd. por donde.


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