martes, septiembre 25, 2007

EL UNICORNIO


Cuando llegó al mundo, nada más verle aparecer su madre con ese enorme apéndice óseo en la frente, no pudo por menos de lanzar un grito de horror que enseguida ahogó tras una intensa y sesuda reflexión: "...Sí, tienes la frente y la palabra dura de tu padre. Se ve al mirarte que te ordenas en torno de tu voluntad como otros en torno de su gracia o su silencio..." Con dicho pensamiento, expresado en voz alta, no intentaba otra cosa que envolver y colar, como si fuera un regalo, la auténtica y descarnada realidad que se escondía tras él y que tan sólo ella conocía. La madre del unicornio era la única persona en el mundo que podía hallar un asombroso parecido entre su recién nacido vástago y el padre de la criatura, un equino, a todas luces y aparentemente, "acornio".

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