domingo, septiembre 09, 2007

LOS TRABUBU

Son las fiestas de Pucela (Nuestra Señora de San Lorenzo), lo digo para aquellos que no sois de aquí y lo ignoráis. Algo típico en estas fechas es la Feria de Día Gastronómica. Los pucelanos, prestos, nos echamos a la calle como si no hubiéramos comido en la vida, lanzándonos sobre las casetas para consumir el Pincho de Feria o la tapa que promociona cada chiringuito -auspiciado por un establecimiento hostelero-, amén de su correspondiente bebida -por la "módica" cantidad de dos con cincuenta o tres euros...-, con tal avidez, casi con gula, de lobos. Suele ocurrir que es tanta la afluencia de parroquianos a dichas instalaciones, que, uno de pronto, se ve sorprendido llevando un plato con una tapa -pan y tenedor incluídos- en una mano, y una caña o un vino en la otra, sin tener ningún lugar sobre el que apoyarse.

En estas andábamos el sábado noche unos cuantos amigos, cuando de manera providencial encontramos una superficie reducida, pero lisa y limpia, sobre la que posarnos en medio de la enorme barahúnda de gente que había en esos momentos en la calle Cascajares.

Dicha "mesa" no era una gracia adicional de La Cárcava (excelentes tapas tiene, oigan...), no; era el carrito que portaban unos peñistas, debidamente acondicionado y preparado, para hacerles la vida más grata a lo largo de estas ferias que nos aguardan. El improvisado mostrador, en realidad servía para cubrir una especie de refrigerador que habían colocado dentro de dicho carrito, donde se refrescaban varios garrafones de calimocho.

Los peñistas amablemente dijeron que podíamos instalarnos allí sin problemas; es más... cuando terminamos con "lo nuestro" sacaron una garrafa de calimocho, unos vasos desechables, y nos invitaron a compartir su avituallamiento.

El simpático y generoso gesto nos emocionó, y yo prometí, a cambio, hablar de ellos en mi blog. Dicho lo cual les facilité mi dirección -erróneamente, pues no en vano llevábamos recorridas varias casetas y no estaba el horno para bollos, aunque luego una mente más clarividente que la mía subsanó el error- para que, si lo desean, puedan comprobar que una -esté pelín pedo o no...- cumple lo que promete.

Hicimos risas, hicimos una foto muy mala con el móvil (lamenté no llevar mi cámara, siempre la llevo cuando menos falta hace) y creo que sólo nos faltaron unos minutos para, además de una anécdota, hacer buenos amigos. Todo se andará si coincidimos más veces.

Estos son los TRABUBU (se llaman así en honor a una canción del grupo Los Delincuentes), colegas peñeros que aquí paso a presentar:

Nos hablaron con cariño de una princesita que les trae mucha suerte y que se llama Julia, pero que no estaba presente.

Sandra, la morenita súpersalada -oleeé-;

Jose, "el pelitordo", como le bauticé allí mismo, que presume de iris -y no es el de los ojos, precisamente, aunque paradojicamente sea la niña de sus ojos-, Iris, su nena;

Pedro, el de la gorra, y Mary Mar, su novia, tan elegantes y tan discretos ellos;

Jose -cómo abundan los Joses...-, el moreno, y Araceli, su novia, que cuando se enfada le pone al orden soltándole aquello de... ¡Jose Manuel!!

Nacho, el soltero de oro, trabaja en FASA como ingeniero y dicen que las vuelve locas a todas. Cuando nos fue presentado, no sé que contaron de unos muñequitos cuya identidad, como no tengo niños pequeños, ignoro por completo. Pero deben de ser unos conejos muy graciosos. ¿Y qué tendrán que ver los conejos con los ingenieros de FASA? Es lo que yo digo...

Finalmente, Marga, una soltera muy enrollada y buena tertuliana, que dice buscar novio de más de treinta y cinco, y al parecer no se refería a la edad (pues no sé a qué se referiría entonces... no tengo ni la menor idea...)

Puso la nota simpática cuando se le cayó al suelo una lentilla - lo notó porque se le hizo más de noche todavía-, y fue a encontrarla casualmente el que dice que menos ve en la oscuridad. Para limpiarla, a fin de retirar posibles arenillas o residuos y a falta de otra cosa, utilizó un buen chorrito de cerveza. Cuando se la puso de nuevo, aseguró que veía a San Miguel, subido en una Estrella (Damm), portando una Coronita en la cabeza y maullando (hacía "mahou, mahou, mahou...")

Nos ofrecieron más bebida y compañía, pero dijimos que ya llevábamos bastante en el cuerpo.

Muchas gracias a la peña LOS TRABUBU en nombre de todos, y aprovecho para pedir disculpas si dijimos o hicimos alguna inconveniencia -la verdad es que ni recuerdo-, pues, si fue así, únicamente fue fruto de la vid y no de la mala educación.

Hasta la próxima, chicos... seguro que nos seguiremos viendo por ahí estas ferias de caseta en caseta, vosotros arrastrando vuestro carro y nosotros... tal vez una cogorza, quién sabe, ja, ja, ja...

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