lunes, octubre 01, 2007

DIFERENCIA ENTRE SABER Y CREER


Venía sospechándolo desde hacía mucho tiempo, pero no es lo mismo suponer algo que tener la certeza de ello por boca de su artífice. Lo que se mueve bajo la tierra y bajo nuestros pies, en lo que no se manifieste carece de credibilidad y de potencialidad. Ha de tratarse de una fuerza superior a la de un terremoto, pero hasta que no escuchamos su potente rugido no sentimos que vibra nuestro cuerpo; hasta que no nos sentimos sobrecogidos por el trueno, no nos damos cuenta que se ha desatado una tormenta; es más... el relámpago previo nos ilusiona de igual manera que unos fuegos de artificio. Intuía que me guardaba un odio visceral –o tal vez me quería demasiado...-, lo cierto es que amor y odio son pasiones y por lo tanto de la misma ganadería, llevan en su sangre genes hermanos. Nunca me lo había confesado, pero yo lo notaba en su actitud, en sus gestos y en su mirada. Sabía lo que estaba pensando y su talante me hacía barruntar lo peor. No obstante yo vivía feliz y ajena al peligro, como si entre él y yo existiera un muro de piedra o una gruesa mampara de vidrio. Justo la cristalera del mueble que albergaba a los dos en su interior: al buitre y a mi marido; disecados ambos, antes de que intentaran hacerme picadillo para convertirme en pasto de hamburguesería.

No hay comentarios: