viernes, agosto 20, 2010

ASIEGU, NARANJO DE BULNES, PONCEBOS

IMÁGENES DE ASTURIAS




Visitar Asiegu, en el concejo de Cabrales, haciendo la ruta del queso y de la sidra, y culminar la visita con una espicha en un llagar…humm… es todo un regalo para los sentidos. Si además el sol luce radiante en un día claro y diáfano, y se avistan los Picos al frente y la Sierra de Cuera al dorso, miel sobre hojuelas. La carretera, estrecha, muy empinada y llena de curvas –como todas, estoy por decir-, parte de Carreña de Cabrales, asciende entre prados escalonados en ladera, y al lado izquierdo de ella se abre en el horizonte, lo mismo que un telón, la cadena montañosa de los Picos de Europa. Casi al final del camino, un sendero asfaltado y zigzagueante a más no poder, y a ambos lados, los robles que se cierran en lo alto formando un túnel angosto; cuando salimos de dicho túnel, una cerrada curva en una pronunciadísima rampa nos sirve en bandeja la pequeña aldea de Asiegu.
Llegados a este punto las vistas son impresionantes; es difícil describir un paisaje tan hermoso en tan sólo unas líneas sin quedarse corto, sin repetirse o sin exceder un número recomendable de adjetivos, por eso voy a abstenerme de hacerlo.
La excursión contiene todos los ingredientes necesarios para que resulte exitosa: aparte del excelente día que ha hecho, los didácticos comentarios del avezado guía que hizo de cicerone a lo largo de la ruta, el paseo de montaña propiamente dicho, visitando la quesería y, tras una costosa y fatigosa rampa que nos aupó a lo más alto de la cumbre, seguida del descenso a través de un senderillo semioculto entre la maleza, el follaje y el robledal, la llegada a la cueva –una de las muchas que hay- donde se cura el famosísimo queso de Cabrales durante un plazo aproximado de seis meses; jalonado todo el recorrido de curiosas explicaciones… de nuevo el descenso a la aldea, la visita al llagar, conocer el procedimiento de elaboración de la sidra, degustarla en el interior de la bodega … y por fin… la típica espicha, con los bollus preñáus, el queso de Cabrales y Caxigón con miel, chorizos a la sidra, verdines con bacalao, patatas al Cabrales, probe, y de postre, tarta d´ablana.
Respecto a la ingente cantidad de datos que me llegaron, puedo decir que todos fueron aprovechados y registrados cuidadosamente en mi disco duro: se habló de queso de Cabrales y de otros quesos, el diagnóstico diferencial entre distintas denominaciones de origen con similar apariencia, fabricación, curación, el queso en Asturias respecto a Europa, interesantes cifras estadísticas de producción, tipos de leches según tipo de ganado, curiosidades… la vaca asturiana de las camisetas y de los objetos de recuerdo rara vez se la encuentra uno en los prados… pues las que vemos en ellos son de color rojo, rubias, y no blancas con manchas negras, ésas son las vacas frisonas holandesas, y gracias a ellas, a que sólo comen pasto verde, en su día se mantuvieron vivos los prados sin convertirlos en maizales. Tonterías que uno debería saber pero que no sabe, el queso nació en Asturias –es la región que mayor producción y diversidad de quesos tiene en toda Europa, unas cincuenta variedades…- como una necesidad más que como una afición gastronómica: al quedarse antaño las aldeas aisladas por la nieve, y tener un excedente de leche, la mejor forma de conservarla y, de paso, garantizarse los recursos alimentarios, era convirtiendo dicha leche en queso… pues ese detalle tan tonto yo lo ignoraba, ignoro tantas cosas… Los concejos asturianos, las aldeas, el suelo público que en alta montaña, lógicamente, abunda más que en el llanu… el hórreo… humm… cuando un vecino construye un hórreo sobre suelo público y no privado, se construye sobre unos pilares, además de para reservar el grano de la humedad y los roedores, para escenificar de algún modo que uno en realidad no está asentándose sobre dicho suelo público, sólo se “apoya” en él ligeramente; y si lo hace sobre pilares de madera muestra que es suelo público, mientras que si se asienta sobre pilares de piedra lo que muestra es que es suelo privado. Curioso. Se habló de ganadería, agricultura… un tipo, un señor mayor que paseaba por allí al sol, y que guardaba unos cabritillos en un establo, exactamente siete, como en el cuento del Lobo y los siete cabritos, nos comentó nuestro cicerone que en su momento, hace muchos años, fue uno de los socios fundadores de la Cooperativa Central Lechera Asturiana, lo hizo aportando todo un capital para aquellos tiempos, doce mil pesetas. El fulano a día de hoy no luce imagen de empresario, de eso puedo dar fe, por el contrario, su aspecto bonachón y tranquilo, amén de desaseado y poco atildado, dice más de un cabrero que de otra cosa -lo que debe ser a fin de cuentas-.

En fin, un recomendable circuito que uno, cuando pasea Asturias y más aún cuando vive allí, no debe perderse. Por otro lado, una agradable llamada de teléfono llenó de dicha mi mañana montañera, procedía de La Alhóndiga zamorana, me dijo Félix, el responsable de cultura, que no ocurría nada: “La exposición va muy bien, está funcionando, pero hay una señora que desea ponerse en contacto contigo, por eso te llamo…”
Efectivamente, una guipuzcoana de Lasarte que veranea en un pueblo de Zamora, amablemente me pedía santo y seña de mis libros de poemas, al parecer las imágenes le habían gustado extraordinariamente, pero los textos, según me confesó, le habían subyugado… quería comprar mis poemas… intercambiamos teléfonos y saludos, y tendrá sus libros, claro está…

Después de comer, siguiendo la carretera en dirección a Panes, a la altura de Arenas de Cabrales y girando en un cruce a la derecha, se llega a Poncebos, lleno de visitantes con los pies cansados y llagados de tanto caminar a través de la ruta del Cares. Maravilloso emplazamiento, maravillosas montañas, maravillosa la garganta, subida a Tielves, Sotres… más carretera de montaña, más curvas, más rampas… Bulnes, el Picu Urriellu –Naranjo de Bulnes- siempre omnipresente… el mirador de Camarmeña espera… espera una nueva visita.
Llegando a casa, tras un día fértil en todos los aspectos, un email en mi correo me dice de parte de la Directora de Cultura de Cangas de Onís, que el dossier con mis fotografías le ha impresionado… gratamente… y que el municipio de Cangas estará encantado de que exponga en su Sala de Exposiciones a lo largo de… ¡un mes! Hemos de fijar la fecha, tengo que elegir el modelo de cartel que quiero que me hagan… Lo que decía antes… un día de lo más completo.

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