sábado, noviembre 20, 2010

A CARLOS RETORTILLO, PINTOR

Ayer, 19 de noviembre, fue un glorioso día de inauguración, el de la exposición pictórica del artista vallisoletano, Carlos Retortillo. En medio de una agradable velada, y ambiente cálido, entre amigos, Carlos fue desgranando los aspectos más importantes de cada uno de sus cuadros, se agradeció el gesto. La exposición está basada en imágenes suscitadas por conocidas novelas del insigne escritor Miguel Delibes: El Hereje, Cinco horas con Mario, Señora sobre fondo gris, El camino, Los santos inocentes... Según explicó el propio autor de los cuadros, no se trata de recrear escenas exactas de los libros tal y como en ellos vienen descritas, sino más bien son imágenes que dichas novelas han generado en Retor, ya sea a través de la racionalidad o de las emociones, en todo caso... la exposición es como para quitarse el sombrero ante ella y no volvérselo a poner hasta que llueva. Hubo música, hubo poesía, hubo sonrisas, hubo conato de lagrimillas... sólo faltaron las croquetas de jamón y queso, pues de lo demás estuvimos bien surtidos, la verdad sea dicha. Fue todo muy agradable, hasta el vinito posterior en El Portón.
La exposición estará en la Galería Coello, calle Duque de Lerma, hasta que se acabe, es decir... hasta el día 1 de diciembre en horario de mañana y tarde.
A petición de alguien que no pudo llegar a tiempo del recital, y desconoce los poemas nuevos alusivos a dicho evento, paso a pegarlos a continuación.
Gracias, Retor, por hacer las cosas tan bien,y habernos hecho pasar un rato tan agradable.



La pintura es al arte la locura
que tiñe con pincel los pensamientos
y emborrona disfrazando de color
la acromía que demacra el sentimiento.
Así, pinta de gris los aguaceros,
de verde el campo yermo,
de malva la vejez y rosa la niñez,
de siena la tierra en que nací,
y hasta viste de oscuro la soledad del cementerio.
La trementina diluye la memoria
y mezcla con la savia del pintor
que imagina en tonos iris su paleta,
aunque sea la más triste y anodina del planeta.
Es la magia del genio quien desliza
la espátula en el lienzo,
y es ella, sólo ella,
la que movida por la mano de una musa
torpemente cae y hábil se levanta,
de esa pista de aceite de linaza
montada en bastidor que…
cada vez que la observamos
no sabemos bien porqué,
pero algo íntimo remueve,
y nuestro ánimo,
sensible a la belleza, se conmueve.






SONETO

Pintando sobre gris una señora,
inunda de color los inocentes,
abre camino en tonos estridentes
y tiñe de luto a Mario en una hora.

La suerte del hereje no mejora
con la gama de óleos consistentes
del pintor que se aferra con los dientes
a un Delibes que inspira y que enamora.

El artista auspiciado hoy por Coello
emborrona sus lienzos con entrega,
puliendo, dando luz, tiznando bello
el verbo de un maestro que se niega
a cazar la razón por atropello,
ése es Carlos, no habrá ninguna pega.

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