martes, diciembre 21, 2010

EN ROSA



Fresca, joven es la rosa.
Prisionera en tus espinas,
rejuela de tallos tiernos
son tus brazos los que encierran
mis ansias que contaminan.
Espumas erizadas
en pétalos diminutos,
y el palpitar de tus labios
en mi boca se diluye
en el silencio, en un minuto.
Rosa de Alejandría,
zarzarrosa trenzada:
escaramujo un día,
mosqueta en una semana
y casi seis años de abrojo.
Larva en la primavera,
flor completa en el estío,
en el otoño,
deshojada, medio muerta,
se torna espectro de alambre
una vez llegado el frío.
Amores son como rosas
con espinas,
enlazadas por nudos verdes,
siendo recién brotadas
en el verano candente.
Y en septiembre,
las flores son piruletas
sin fragancia, que se pisan
y se aplastan.
Amores para el recuerdo,
pálida tonalidad,
como el fantasma del hambre
una vez llegado el frío.
Caen las primeras lluvias,
caen las hojas,
caen las vendas de los ojos
y blandos copos de nieve,
las rosas, ahorcadas en los rosales,
como suicidas amores,
sucumben al desafío.

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