sábado, diciembre 04, 2010

¡¡PEDROOOOOOOO....!!!!






Pedro Almodóvar y yo teníamos una cuenta que saldar a medias, es decir, hace algún tiempo, en Madrid, le invité a una consumición en un bar -eso es lo de menos- y el asunto quedó inédito, él no se enteró y no fue por culpa suya ni mía, fueron cosas del destino que, ya se sabe lo que es... uno nace lechón y muere cochino.
Transcurrieron más que meses, creo que fueron años incluso, y yo guardaba el ticket del bar celosamente como único testimonio de aquel infausto -y glorioso- día. Este verano me dio la ventolera -me da pocas veces, pero cuando me da...- y me puse en contacto con su productora, El Deseo. Les transmití mi deseo -el mío... esta vez el mío- de hacerle llegar dicha anécdota al afectado, por lo demás graciosa, a través de una carta, sin más pretensiones. Cuando digo sin más pretensiones, me refiero a que no caí en la vulgaridad de presentarme como actriz que bla, bla, bla... supongo que estos señores estarán hartos de más de lo mismo y tal vez agradecen un soplo de aire fresco por medio de una letras sinceras, no sé... lo que sí sé es que hice mucho hincapié en que lo único que pretendía era que él me creyese, aportando una serie de datos -pues el día que eso ocurrió fue un día bastante señalado para el mundo actoral-, incluso aportando un archivo adjunto con la imagen del ticket de pago y nombre del establecimiento. Muchas veces las cosas no se hacen esperando nada, pasa también en la vida cotidiana, mostramos admiración y adhesión hacia una persona sin que ello tenga que reportarnos necesariamente ningún beneficio. Otra cosa es que este hecho sea bien entendido o no, pero al menos yo lo intenté.
He de decir que la productora, a través de Liliana, la responsable de comunicación, se ha portado conmigo de un modo exquisito, manteniéndome al tanto del seguimiento de la carta -pues yo me desentendí del asunto y no volví a insistir en ello-, y excusando la no respuesta almodovariana por motivos de trabajo, su último rodaje; interesándose por mi dirección postal, en fin... hasta ayer.
En efecto, ayer mismo recibí por correo certificado un paquete en un sobre. El sobre mostraba como membrete el logo de El Deseo, dentro venía un estuche con dos Dvd, Los abrazos rotos y otro más de extras -cómo se rodó... etc.-, y en el propio estuche, una dedicatoria de Almodóvar: Querida Ana maría, muchas gracias por tu invitación. Pedro Almodóvar.
Me hizo mucha ilusión, qué decir... sobre todo porque yo no esperaba nada de tipo material, sólo su respuesta, "ah... sí... ahora recuerdo ese día, efectivamente estuve con Agustín, mi hermano en ese bar, caramba.. qué cosas..."
Un pequeño-gran gesto, por parte de alguien a quien admiramos y tenemos en buena estima, nos puede alegrar el día, cómo no... pienso, pienso... que un artista lo es más, si además de divino es humano.

No hay comentarios: