miércoles, diciembre 15, 2010

SONRÍA, POR FAVOR



Me piden que sonría… el fotógrafo, el psiquiatra, el reverendo, el maestro, hasta el cartero… todos dicen que sonría, como si fuese tan fácil, es más, aseguran que la tengo muy bonita…
¿Qué hace falta para sonreír? Pintar una línea curva sobre la boca ¿no? A ser posible con la parte convexa apuntando hacia el mentón, lo contrario no es una sonrisa, es como estar triste. Ya… por supuesto, la línea ha de ser horizontal, la sonrisa de trazado vertical se da en otro tipo de bocas que no vienen ahora al caso, aunque también ellas debieran tener un buen motivo para sonreír, al menos, tener un motivo… y es que hay bocas verticales que no han llegado a conocer una sola razón para la risa.
Quienes han padecido el infortunio de conocer mi sonrisa vertical -pocos, la verdad, para qué nos vamos a engañar…-, también dicen que es muy bonita. Naturalmente, entre esos desafortunados no se encuentra el fotógrafo, ni el psiquiatra, ni el reverendo, ni el maestro, ninguno, salvo el cartero y eso por razones obvias… de lo contrario ya habrían perdido la cabeza, y a estas horas andarían como locos buscándola por cualquier sitio en vez de solicitar más sonrisas de éstas mías.
Por supuesto, siempre el “por supuesto” vaya delante, mi forma de explicar el mecanismo de la sonrisa es de lo más prosaico y naïf, pues hacerlo a través de otros mecanismos más científicos –por lo visto intervienen en ello no sé cuántos músculos faciales-, es asunto que corresponde a gente más erudita y sesuda que yo.
Lo que ya no está tan claro, al menos para mí, es que sonreír sólo sea una cosa muscular o cuestión de ponerle a mi cara una raya convexa, digo yo que puestos a poner… que me pongan una raya o que me pongan con un beso…
Línea cóncavo-convexa, líneas rectas, rictus… hoy no sonrío y tengo cara de póquer porque, póquer es a cartas, lo que raya es a sonrisa, sólo un juego de azares y de estrategias donde pierdes la camisa… ¡vamos… de prisa!



Stacey Kent - So Nice

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