miércoles, febrero 02, 2011

REFLEXIONES, XIV -No es por incordiar-


Como en muchos otros asuntos, en esto de la Ley Seca del Tabaco, el cinismo y la hipocresía llegan a grados superlativos.
No se trata de hacer apología de algo que está demostrado que es “caca” para la salud, ahora bien, hay una serie de datos que hieden, incluso huelen peor que el propio olor a tabaco rancio que se queda adherido a la ropa. Enumero porque soy bastante amiga de enumerar, no porque en mi lista estén reunidas todas las apostillas que debieran estar, ya se sabe… ni son todos los que están ni están todos los que son.

a) Por lo que nos llega desde los medios de comunicación, sobre todo, televisión, da la impresión de que la prohibición de fumar, no sólo en bares, ojo… también en muchos otros lugares que no lo son, y que pertenecen al espacio libre de la calle, como puede ser una parada de autobús o un parque, digo… da la impresión de que es algo negativo que va a afectar únicamente a los usuarios del tabaco en primer término, y después a los hosteleros. Nunca se habla de los vendedores de tabaco, los estanqueros, que, por razones que no alcanzo a entender, no dicen ni mu al respecto, no se manifiestan, cuando pienso que ha de ser uno de los colectivos más perjudicados, es como si fuesen delincuentes sabedores de que es preferible guardar silencio, o cualquier opinión vertida al respecto puede ser utilizada en su contra, incluso en presencia de sus abogados.

b) El fumador es considerado y tratado como un apestado, sigo hablando de los medios, la tele, esa bendita caja de opinión. Hablan de “ellos” como un mal a extinguir, seres molestos que incordian por doquier, son el “coco” que asusta a los niños, cuidado Pepito, que viene un tipo fumando y puede ser peligroso, no te eche el humo encima. Habrá que prevenirle también a Pepito de otros riesgos a los que puede verse sometido el día de mañana, por ejemplo, dejarle bien claro desde la más tierna infancia, que hacer balconing en los hoteles para festejar que uno cumple los dieciséis, o que se acaba el curso, también es caca.
De momento la cámara dispara contra un hombre con pinta de jubilado, al que colocan un micro ante la boca, y él, con cara de buena gente, juro que tiene un aspecto de bueno que tira para atrás, admite que si se sienta en un banco de un jardín, y se acerca un niño, apagará el cigarro y tomará las de Villadiego para que dicho niño se convierta en inmortal. Digo yo que si no es zona prohibida para el fumique, el niño lleva adosado un padre o una madre, y el jubilado estaba primero… pienso… lo lógico sería que emigrase el niño y no el apestado.

c) No hay parto sin dolor ni culpable sin redentor. Ahora viene cuando dan en buscar soluciones al conflicto del “apestado”, como es lógico su presencia empieza a incomodar en otros foros, es igual que lo de las putas o los gitanos… ¿quién los quiere al lado? Bien, busquemos soluciones paliativas. Les sacamos a la calle, no importa que se trate de locales de ambiente nocturno y alevoso donde la gente sana se supone que no acude, porque… la gente muy sana no suele estar en esos sitios a las cuatro de la mañana ¿no? Lo que hace la gente sana es encamarse a las diez de la noche, con una manzanilla en el estómago y una bolsita de agua caliente para los pies, pues eso… Total, que les proporcionamos estufas y calefactores para que no se resfríen, además de unas confortables mantitas de cuadros y sendas manoplas para prevenir los sabañones, o en su defecto, no preocuparse, que el apestado puede sobrevivir en el frío convenientemente envuelto en unos cartones, periódicos usados, papel albal o papel de envolver salmonetes, siempre que le permitan fumarse una colilla. Así da gusto… claro que… los vecinos de los pisos que están encima de los bares ya empiezan a quejarse, que si el “apestado” fuma, que si huele, que si hacen ruidos al brindar con las copas por la Ministra de Sanidad, a quien desean larga salud y prosperidad en el cargo, que si se tiran algún pedo que otro, en fin… lo normal… También los hosteleros dicen que si los “apestados” tienden a despistarse e irse sin pagar… no problem… se pone un segurata a la puerta y listo. Hay soluciones para todo, calma.

Siempre cabe la opción de dejar de fumar, para ello han inventado ya todo un arsenal de objetos y sucedáneos de la nicotina que, bien mirado, debería ser dispensado por los agraviados estanqueros ¿no? Pues no, esto lo venden en las farmacias.

d) Otro problema que surge, aparte de los daños económicos y morales, suponiendo que el “apestado” tenga algún escrúpulo moral, que es mucho suponer… es que el ex-fumador tiende a engordar… ¡horror, hay que acabar con esa lacra como sea…! Y es que el apestado, además de serlo, es un desconsiderado que no deja vivir ni sosegar en paz al resto de los mortales -qué digo, inmortales, que es lo que van a ser a partir de ahora-, mira que si convertimos nuestra futura tierra prometida en un nido de gordos sebosos, y todo por culpa de gentuza llena de vicios, que si no tienen algo entre las manos y la boca no están a gusto. No problem. Ayer mismo salió por la tele hablando un cirujano, que aseguraba que, por un módico precio, 4500 euros, él mismo te coloca un balón intragástrico en el estómago para que no sientas la llamada del hambre, y de ese modo evitar las toneladas de más que te van a sobrevenir cuando dejes de fumar, so guarro. Hay soluciones para todo con tal de evitar esas llamadas tan molestas e insanas: la llamada del tabaco, la de la comida, la del sexo, la de la selva…


e) En mi último apartado, sin querer ser tildada de quisquillosa, animo al gobierno de turno a que cierre las fábricas de tabaco, no importa ese leve incremento que supondría en la cifra del paro, total… donde va el mar, van las arenas; que deje de percibir los pingües beneficios que dejan los impuestos que gravan el tabaco, importante, no olvidar… que están ayudando a pagar carreteras y hospitales, no olvidar… y es más, exhorto a que se prohíba el consumo de alcohol en los bares y aledaños, dado que también es caca. Yo fumo poco, bebo más, prefiero una cerveza al agua, sinceramente, y la prefiero con alcohol… bien… pero si nos ponemos a prohibir lo que es pernicioso para la salud, creo que el alcohol mata más rápido, o si no que se lo pregunten a personas que han padecido sus efectos devastadores, me viene a la mente el trágico accidente de la hija de Cantó… y como ella, montones. De ahí que mi deseo –votaré al partido que lo lleve en su programa, lo juro por Baco- es que se suprima la venta de alcohol, sí, a partir de ahora, en los bares sólo gaseosa, limonada, leche y batidos… Y si me apuran, también habría que suspender la venta de automóviles, esos aparatos diabólicos matan, y lo hacen rápido. Por supuesto, siempre empeora cualquier riesgo si el que asume dicho riesgo además es un “apestado”, estoy segura que Islero, el que mató a Manolete, fumaba como una coracha, Hitler debió fumarse en vida hasta lo que se fumó Clavijo; Franco, Pinochet, Jack el Destripador y Stalin, encendían un cigarro con la colilla del anterior, y Drácula luce esos colmillos que luce gracias al tabaco.

Tengan ustedes un buen día.

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