miércoles, marzo 30, 2011

DESPIERTA EL DÍA



Despierta el día, y yo con él
me abandono a su luz y salgo
del oscuro túnel de la noche.
La brisa matutina me recibe
tras el café del desayuno,
si son dos mejor que uno.
Las hojas verdes de los árboles
se mecen y me sonríen.
La vida vive un día más,
la muerte que se me atribuye
se aleja y en paz me deja.
La lápida de mi sepultura,
cual nido de amor,
está revuelta y agitada.
Las horquillas de mi pelo
se han perdido, mejor así,
total… no tengo pelo.
Tras el abrazo amoroso
nuestras ropas languidecen
al lado de la losa.
Una botella de bourbon,
semillena en la oscuridad,
semivacía ahora,
descansa sobre una jardinera.
Confetti, serpentinas,
vidrios rotos y golosinas,
son los restos de
nuestra fiesta macabra,
de nuestra particular orgía.
Aquí yacemos solos los que,
estando muertos en vida,
miramos hacia adelante
y seguimos día a día
haciéndonos hueco
en el mundo de los vivos, con
espíritu de lucha combativo
y nuestro mejor talante.

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