martes, mayo 31, 2011

De pepinos y toreros

Don Pepino Ibérico está que echa humo y no es para menos… Le acusan de contaminar con sus bacterias al probo teutón, sonrosado y frescachón, que, harto de tanta Hamburguesa –de Hamburgo, de Hamburgo…-, quiere desengrasar su body a expensas de la mencionada curcubitácea hispánica, una de las más chiquiticas, pero como dice el dicho… la buena esencia y el veneno en frasco pequeño. Lo cierto es que ese término aún está por demostrar, no que la esencia y el veneno no se dispensen en garrafón, que eso es un hecho probado además de bastante lógico, sino que el pepino español, cañí como el que más, sea un dardo envenenado que le estemos lanzando a la Merkel, después de que ésta haya reconocido públicamente hace unos meses, que España está haciendo muy bien sus deberes y va por buen camino… qué ingratitud la de nuestro pueblo, me causa sonrojo sospechar que, dado que nosotros, desde dentro, no percibimos tal bonanza económica, por contra, el único camino que vemos a corto, medio y largo plazo es el de la Amargura, estemos deseosos de venganza, a causa de la retranca que se gasta la Cancillera, y le mandemos toneladas de pepinos masones para que espabile y mida mejor sus palabras antes de gastar bromitas en base a nuestro maltrecho pecunio. No quiero ni pensar en una trama pepinera de colosal calibre y se me erizan los pelos de… de… cualquier sitio, vamos… Porque, lo cierto es que los alemanes deberían hacerse mirar el pepino ¿o no? Nosotros lo llevamos consumiendo desde tiempos ancestrales y, salvo algún empacho que otro, porque ya lo decía mi abuela… el pepino por la noche es muy dañino, hija, no sé… no sé… yo creo que es como todo, si se abusa del pepino por la noche, claro que puede ser dañino, y por el día… pero tomado con moderación, doy fe que sienta de maravilla, y de bacterias, nada. En fin, opino que es muy arriesgado dictaminar una sentencia de tal calibre, sin antes haber realizado las pruebas pertinentes, sobre todo porque, de momento, los casos que se han registrado tienen que ver más con Hamburgo que con el pepino. Qué quieren que les diga… es lamentable que la gente muera intoxicada, pero de ahí a que la culpa la tenga el pepino español… en fin… señores alemanes, depuren las responsabilidades que sean y con quien haga falta, pero cuando haya pruebas y sin faltarle al respeto a nuestro pepino, caramba; examinen ustedes los suyos, que a saber cómo estarán… que los nuestros están perfectos, lo mismo que tenemos perfecto el solomillo, el pernil, la nuez, el higo y la castaña. Que lo sepan.

Otra cosa que me irrita, un poco nada más, es el tratamiento de la triste noticia –siempre es lamentable la noticia de un siniestro provocado por un accidente en carretera, más si hay víctimas, y no digamos ya si son mortales…- del accidentado diestro Ortega Cano. Por supuesto, y como es lógico siendo buena persona, le deseo una pronta recuperación, ahora bien… veo un poco… humm… de mal gusto que se esté incidiendo tanto en sus partes médicos y en un seguimiento que, para qué engañarnos, le viene dado por añadidura al ser carnaza de revista y programa sonrosado del cuore, mientras, por otro lado, hay una víctima mortal no famosa por nada, con hijos, con un trabajo y con una vida truncada, que, aún está por esclarecerse cómo ha sido, pero ya se han adelantado datos al respecto y se dice que parece que la culpa fue del diestro por invasión del otro carril, por exceso de velocidad, por… ¿haber bebido? –qué raro que se pueda matar a alguien sin haber fumado…-, y de la cual, de dicha víctima, no parece nadie más condolerse salvo sus allegados. Me choca que digan en el telediario -no sé si es que últimamente oigo mal o qué- que no se le pueden realizar pruebas de alcohol en sangre al matador –no lo digo con coña, eh, es que ése es su oficio, matador de toros…- si no es a petición de la familia del finado o de un juez. Me troncho de risa… entonces… ¿por qué me mandaron a mi soplar una vez, cuando me hizo parar un control de la guardia pretoriana, en plena noche, como si fuesen de la Gestapo? No había indicios de nada, no había realizado ninguna maniobra anómala –como ocurre con tantos y tantos a los que paran-, pero tuve que soplar porque es así… porque para eso están, para realizar controles y que no nos pensemos, cuando vamos de fiesta, que todo el monte es orégano, y eso no hace falta que lo ordene ningún juez, la gente sopla y se atiene a las consecuencias del soplido. Por no hablar de cuando ocurre un percance, que lo primero que se le hace a los conductores, casi antes de los primeros auxilios, es comprobar si conducían bajo los efectos del alcohol en el momento del siniestro, y ahora nos cuentan que a Ortega Cano sólo se le determinarán las tasas bajo petición expresa… qué cosas… Por cierto, el recuerdo de aquella noche que soplé junto a la tapia del cementerio, todavía me pone la sonrisa en los labios. Era un agente joven y… yo hasta lo vi guapo, total, que coqueteé con él todo cuanto pude, no sé si eso tuvo que ver en que me librase de la sanción o que, si bien había pecado, mi “pecado” aún no superase la tasa permitida, pero en fin, por todos es sabido cómo nos ponen a las mujeres los hombres con uniforme o traje de faena… humm… tan sudorosos, tan marciales, tan verdes, oooohhh… total, que después de bromear con la guardia y atender de reojo las miradas furiosas de mi Santo Rudo, fuí a arrancar de nuevo para reanudar la marcha estando el coche ya arrancado, y el animalejo protestó haciendo chillar su motor, mi Santo Rudo, más furioso aún, señaló entre dientes…”yastárrancado” por no decirme…”arrancad´una vezquet´arrancolacabeza”, y yo, muy flamenca, le obsequié al gendarme con una última sonrisa de Barbie Zorrón a la vez que decía…”bueno… y si a mi me gusta arrancar varias veces qué… ¿verda usté, señor agente?”

De regreso, la reprimenda de mi Santo Rudo… “insensata… estás loca… puede que otra vez tengas suerte y te libres de la multa por haber bebido, pero no te quitará ni San Pedro una determinación de tóxicos en sangre para ver qué te has fumado”… Hombres… qué radicales que son… a todo esto, lo único que se sabe del finado por la colisión contra el diestro, es que ya lo han enterrado, estoy segura que hubiese renunciado a su pequeño momento de gloria en la tele, y hubiese sugerido que se lo metiesen por el culo lo mismo que sugieren los alemanes que hagamos nosotros con nuestros pepinos, con tal de seguir vivo, con sus hijos, con su trabajo y con su vida sin fama.

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