jueves, junio 30, 2011

PUESTOS A DECIR VERDADES…

Quien me conoce ya sabe que, aunque educada, no tengo pelos en la lengua, y soy incapaz de aplaudir con las orejas cuando estoy en desacuerdo con algo o con alguien, del mismo modo que -seguro que es debido a mi avanzadísima edad- me cuestiono todo aquello que, aunque huela a popular, populachero o populista, o aunque el simple hecho de debatirlo, pueda ser considerado políticamente incorrecto, no me convence del todo o en absoluto. Qué se le va a hacer… y puestos a decir verdades:

1- El otro día lo oí en la tele, dicen los sabios –esos estudiosos, científicos que, a veces, no hacen más que dar por culo- que van a realizar unas investigaciones sobre los hábitos alimentarios, costumbres de vida, ecosistema, enclave, todo… lo van a investigar todo, acerca de aquellas personas que llegan a cumplir los ciento y pico años de vida, con el fin de desarrollar algún tipo de patrón que nos conduzca -a todos, a la mayoría, a unos pocos…- inexorablemente, a esas cotas de edad. Algo así como encontrar la piedra filosofal, el elixir de la vida, la panacea universal… no se me interprete mal, pero vamos… ¿para qué queremos llegar a determinadas edades si vamos a estar como cacatúas…? El que llega, porque llega, bien… no le vamos a rematar de un tiro, digo yo, pero hay que ver cómo, en qué condiciones se llega a determinadas edades, para apostar por una sociedad plagada de centenarios por doquier, mi pregunta es… ¿a partir de los noventa, cien años, doscientos… los que nos quieran agregar los sabios esos… somos perfectamente autónomos? ¿No suponemos una “carga” para la sociedad…? Vamos a ver, repito: el que llega por sus medios, bien llegado sea, pero alargarlo a base de experimentos ¿no es tentar a la bicha, cuando… hay más ancianos solicitantes que residencias, cuando el sistema de pensiones está hecho una braga, cuando uno, por más que se empeñen los políticos, a partir de cierta edad lo que debe hacer es jubilarse porque le empiezan a fallar – y a follar- todos los aparatos, cuando los hijos son tan ancianos como ellos mismos y necesitan idénticos cuidados que los progenitores, cuando está demostrado que hay tanto anciano viviendo sólo, sin apenas ayuda, y en deplorables condiciones, mal asistido…? ¿Para qué coño queremos alargar tanto –de manera artificial- lo inextensible…? Es ostensible que se trata de una boutade, de una insensatez, de un atropello a la razón, si quieren ustedes alargar algo, inventen lociones para alargar el cabello, el pene, el tamaño del cerebro, ¡los pepinos! Y déjennos vivir lo que nos toque. DIGNAMENTE.

2- Otra noticia… los científicos –no sé si serán los mismos del “elixir”- dicen ahora… -¡ahora!- que es nocivo el consumo de acelgas, espinacas, atún y pez espada, para los niños de pecho y la madre que los parió o los piensa parir en breve; hablan de nitratos, hablan de la inconveniencia que supone chuparle la cabeza a las gambas y demás bigotudos… hablan, hablan, hablan… bla, bla, bla, bla… No teníamos poco con el asunto “pepino”, que ahora nos salen por peteneras con otros productos gastronómicos de larga vida y tradición, no sé si con la oscura pretensión de cepillarse con sus pesquisas lo que no logró cepillarse del todo la Merche de Alemania -así le dice mi viejo a la Merkel-, la maltrecha economía agropecuaria y de la cosa de la pesca. Menos mal que los españoles, que, para esas y otras cosas, somos de lo más bragado y bizarro, hacemos caso omiso, y las amas de casa encuestadas, ya se han apresurado a decir en el telediario que se van a pasar por el arco del triunfo dichas recomendaciones y a los mismísimos científicos si hace falta, pues… para que el atún, pobrecico mío, sea dañino, hay que ingerir toneladas de él a diario, y hay que pasarse el día entero chupándosela –la cabeza al langostino- para que nos hagan daño los nitritos esos. Conclusión: las tasas de gambas, langostas y centollos, acelgas, espinacas, atunes, emperadores y perifollos, que ingeríamos a diario en los hogares españoles, se verán diezmadas, pero en ningún caso suprimidas. Me congratula.

3- Me pregunto: ¿Por qué en los espacios informativos de determinadas cadenas televisivas, en las franjas horarias de más audiencia, todos los días del año… TODOS… hay noticias de desfile lencero con señoritas y/o señoritos –estos, mucho menos- culo en pompa, braga en pompa, sostén en pompa… con esos cuerpos que da asco verlos? ¿Da para tanto espacio informativo el tema del tanga, el sostén, la enagua o el capillo –como decía mi abuela…?
¿Por qué da tanto juego –ya cansa- el asunto meteorológico, en esos mismos telediarios lenceros… con continuas alusiones a su influencia en la bonanza hostelera y a la cosa terracil? Con esas estúpidas encuestas a pie de calle al probo ciudadano que se deja querer por la cámara… y usted, cómo combate estos calores, buena mujer, pregunta el periodista… pues ya ve… me abanico, dice una con pinta de “maruja”… pues yo tomo cañas, dice otro con pinta de “julián”… pues yo me siento a la sombra, responde uno con cara de “honorato”… ¿de verdad todo esto que cuento –y más que me callo-, sin exagerar, es materia para un noticiario…? Señor, señor…

4- Stéphane Hessel… ¡te tocó, majo! Ahora te toca a ti ¿creías que te ibas a librar? Tras su publicación “¡Indignaos!” –súper-ventas- ahora nos “sorprende” con otra nueva ¡Comprometeos! No cuestiono el contenido de la publicación, que lo conozco –el de la primera, digo- y me parece bueno y convincente. Pero un día, viendo una imagen de ese señor en un reportaje dominical, creo que era… dije, éste se va a hacer de oro sentado en su despacho mientras los otros hacen la calle, y mire usted por dónde… ya salió una segunda entrega que, prestamente, anuncian las cadenas de radio, para que nos apresuremos a adquirirla en la librería más próxima. Digo yo… ¿no pudo sacar juntos, en uno, ambos manifiestos…? Si él ya conocía de sobra el final de la historia, ya sabía que el asesino era el mayordomo, como siempre… Prepárense… habrá más… saldrá el… ¡Alzaos! ¡Sublevaos! ¡Resignaos y jodeos!... habrá más… No sé si seré bicho, sólo soy vieja.

5- Otro… el orgullo gay. Me parece fenomenal que hagan fiesta, mola, nada que objetar. Hasta ahí, totalmente de acuerdo. Dicen que los fastos deberían durar una semana… bueno, si ellos lo consideran, también los Sanfermines duran una semana y encima no hay sexo, la Semana Santa también y es mucho más triste… ahora bien, me parece una pasada, pues de nunca se ha visto que los “enterosexuales” o lo que seamos los demás, por razones de sexo, necesitemos una semana de ocio para montar una cabalgata como la de los Reyes Magos y salir a “mordernos” por ahí. Bien está celebrarlo un día, dos… pero no me vengan ahora con pijadas reivindicativas, como uno que salía diciendo el otro día… “os vamos a cambiar a todos, a toda la sociedad…” -¿nos van a volver marigays a todos…?- cuando la sociedad –afortunadamente, porque me alegro sinceramente que sea así-, la nuestra, la española, ya contempla todos sus derechos, incluido el del matrimonio, y repito… ME ALEGRA QUE SEA ASÍ. Sé que sonará mal esto que he dicho, pero tengo amigos de toda tendencia sexual y estoy muy orgullosa de tenerlos, es más… entre un tío que no se le comerían ni los gamusinos, y una buenísima de ésas que anuncian en el telediario, en bragas y sostén, sin dudarlo me quedo con la buena y me hago libanesa o lo que haga falta, pero vamos… que al tío se le comen los caimanes como está mandao… es decir, puede que en otra vida yo misma sea libanesa o marigay, pero apartando el respeto que siento por este colectivo humano… ¿no les parece a ustedes el festejo ése que se montan, tal y como lo montan, un poco circense, un poco así… como de Cabalgata de los Reyes Magos, versión pluma? ¿De verdad, para algo tan serio, tan íntimo, pero sobre todo… TAN NATURAL, como es la inclinación sexual de cada uno, hace falta que se disfracen y lo escenifiquen de una manera tan artificial y tan barroca? Si yo fuese marigay no me sentiría muy identificada con fulanos que rozan el esperpento, lo digo como lo siento.

Y tengo más puntos a debatir, pero eso será otro día… que me canso, caramba



No hay comentarios: