miércoles, julio 13, 2011

ME ABANDONO AL BORDE DE UN ABISMO

Me abandono al borde de un abismo
y me desplomo.
Me hundo en el fango y cuando creo
que estoy sola y nadie mira,
asomo.
Mientras asomo asumo mi soledad, mi vacío,
y la tristeza de mi mano tomo.
Me das dos de cal y una de arena,
cuando llegas a mí,
aunque no estés eres aquí
y vienes a mí por pena.
Estás sin ser y de ti sólo queda
el eco de tu voz y las pisadas
húmedas y calientes de tus huellas,
ya sé, ya sé que el mundo va al revés.
A tu partida me quedé con ganas
de acariciar tus canas,
esa sola cana que brilla entre el oscuro
de tu pelo igual que una saeta.
Saeta fría y acerada que corta las ideas
y las parte en dos mitades,
una mala y otra buena.
La mala, la que te aleja de mí,
y la buena, la que aviva tu
curiosidad por saber qué
se esconde tras mi puerta.
Cuando no llegas,
aunque estás en mí no eres aquí
y no vienes a mí sino por pena.
Entonces…
me abandono al borde de un abismo
y me desplomo.
Me hundo en el fango y cuando creo
que estoy sola y nadie mira,
asomo.

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