viernes, septiembre 09, 2011

FELICITO AL GRUPO LORCA

Un espíritu burlón.


Es una obra de Noël Coward adaptada para TEATRO LORCA
ESTRENO EL 9 DE SEPTIEMBRE DE 2011 en la Sala Borja de Valladolid

En el año 1941 se estrena “Un espíritu burlón” una pieza del genial y
polifacético Noël Coward en la que la comedia más hilarante, satírica y sutil
consigue mezclar el mundo de los vivos con el mundo del más allá para tejer un
desternillante enredo de final insospechado.

Carlos Condomine, un refinado y culto hombre de letras invita a una cena a
la extravagante Madame Arcatí, una célebre médium, con el oculto fin de obtener
datos para construir su próxima obra literaria. Las cosas sin embargo se tuercen y lo
que empieza como un juego y una burla hacia el mundo del ocultismo se torna en un
peligroso encuentro con Elvira, el fantasma de su primera mujer. Ahora Carlos
convive con dos mujeres, Ruth, la viva, que sólo desea vivir en paz, y Elvira, venida
del más allá y que sólo desea “vivir” junto a Carlos. Eso es mucho más de lo que
cualquiera de los tres puede ser capaz de soportar. Para complicar las cosas un poco
más, a la acción se añaden una amiga de la familia, la doctora Bradman, escéptica y
sarcástica, y la torpe y misteriosa criada Edith.

Es en situaciones límites como estas donde caen las máscaras tras de las que
cada cual oculta sus miserias y sus debilidades y donde los comportamientos pasan a
regirse por los más primarios y sinceros instintos, tan alejados de las educadas y
sofisticadas apariencias de la sociedad culta y rica a la que nuestros personajes
pertenecen.
TEATRO LORCA ha realizado una adaptación del texto original para
actualizarlo y condensar todo su ingenio en un montaje asequible y vivo.


REPARTO:

RUTH: Ana De Diego
CRIADA: Jennifer de Jesús
CARLOS: Carlos Retortillo
VIOLET BRADMAN: Carolina Santana
MADAME ARCATI: Elena Varona
ELVIRA: Ana Salvado

Ayudante de dirección Marisa Melet

Regiduría: José Luis Tornero

Escenografía, diseño de vestuario y cartelería: Isabel Saiz

Atrezo Marisa Melet

Iluminación y sonido Luis Carlos Izquierdo

Colaboración : Raúl Ferrero
José Antonio Sanz
Virginia Rodríguez

Dirección y adaptación: Luis Carlos Izquierdo
Producción: TEATRO LORCA


Casi recién llegada a casa de ver a mis compañeros del grupo de Teatro Lorca en su reciente estreno, Un espíritu burlón, de Nöel Coward, no me resisto a comentar mis primeras y únicas impresiones hasta el momento, pues no había visto ni un sólo ensayo de dicha obra. No soy una erudita, tampoco crítica teatral ni crítica literaria, por tanto sólo puedo dejarme llevar por lo que me transmite algo que veo como espectador, como un espectador cualquiera, con la diferencia, claro está, de los lazos de afecto que me unen al que sigue siendo mi grupo de teatro. La obra es muy divertida y ellos, sus intérpretes, están a la altura de las circunstancias. Es un humor sutil, típico de aquellas obras inglesas o americanas de los años 40, con diálogos chispeantes e inteligentes y una puesta en escena elegante. Cierto es que el día del estreno es el mejor y más alegre de los días en el montaje de todo teatrero que se precie, pero es el peor en cuanto a que simplemente es el arranque de lo que vendrá después, por tanto son los primeros pasos, por tanto son los más torpes. Pero eso ocurre en el seno de todos los grupos y formaciones, profesionales o aficionados. Dicho esto, lo que diga -de bueno- a renglón seguido, será siempre mejorado y superado con el paso del tiempo, así pues, vayamos por partes, como decía El Destripador ése:



Felicito al Director por la puesta a punto de la obra, tiene su dificultad mover tanto y tanto tiempo a varias personas, en momentos que llegan a ser trepidantes, pero Luis Carlos ya ha demostrado en otros montajes "rápidos", aunque diferentes, tipo farsa, que ése es precisamente su terreno, donde más a gusto se mueve.



Decorados, vestuario, escenografía ideados por Isa Saiz, como siempre, impecables. Impecables.



Luces y músicas, me sorprendieron las primeras y me encantaron las segundas.



La regiduría, creo que compartida por Marisa y José Luís, acertada; si no falló nada y nadie se acordó de los progenitores del regidor, viene a ser como lo de los árbitros y quiere decir que estuvieron eficaces.



Ruth Condomine -Ana de Diego-, un personaje que está en escena casi todo el tiempo que dura la obra, pienso, sinceramente, que es una ACTRIZ lorquiana con mayúsculas a tener en cuenta en lo sucesivo, pues, si bien partía como "novata", viendo cómo ha defendido uno de los papeles más largos, no sólo con pundonor, sino con arte y eficacia, cualquiera diría que lleva subida ahí arriba toda la vida...


Criada -Jenny-... ¡sorprendente! Enigmática, viendo la facilidad con que le sale esta faceta, uno ya no sabe quién es quién, si la enigmática es Jenny y le transfiere ese carácter a la chacha, o viceversa... curioso... curiosa mímesis.



Carlos "Retormine"... qué decir de Retor... todo el tiempo en escena, apesadumbrado, agobiado, histérico, sarcástico, burlón, refinado, elegante, desquiciado, colérico, todo eso ha hecho y más... sobre todo, nos ha hecho reir con sus ires y venires, transformado -camaleónico que es este tipo...- de escritor elegante y culto, por obra y gracia de los fantasmas, en una bestia parda... es un decir... Lo único que añado es que, si hay un momento en la vida de un actor, en el que empieza a creerse de verdad que lo es, éste debería ser "su momento", estoy segura que los espíritus para Carlos serán un punto de inflexión a partir del cual ya sólo cabe seguir adelante en este mundillo -o abandonarlo por desgaste-.



Bradman -Carolina, la galena-, austera y escéptica, tal y como mandan los cánones del hombre o mujer de ciencia que se enfrenta a fenómenos paranormales, y se muestra irónico y poco crédulo ante dichos fenómenos. Bien en su papel, irá a más y le exprimirá todo lo que se puede exprimir a este personaje que es, posiblemente, el más plano y menos evolutivo del montaje.



Arcati -Malé- es una pitonisabruja casi de cómic, con todos los ingredientes, tanto estéticos y formales, como de perfil psicológico, que son inherentes al personaje tipo que representa -de toda la vida- a las videntes, echadoras de cartas, medium y pitonisas. Malé está en su salsa, se ve que disfruta con el papel -a ratos parece que hay más de una Malé sobre el escenario- y suscita las risas del respetable. Doy fe, porque había una niña de unos diez años sentada a mi lado y no paraba de reir con Madame Arcatí.




Elvira -Ana Salvado-, otro tipo de personaje -creo- de los que más le gusta hacer a Ana sobre un escenario. La divertida fantasma deambula como de puntillas, deslizándose suavemente sobre el escenario, sin parar de juguetear con los objetos, con su vaporoso vestido, con las situaciones de enredo que se generan, con el atolondramiento y enojo a partes iguales de Ruth, y con la sorpresa e incredulidad iniciales de Carlos, amén del cambio que se opera posteriormente en el atribulado escritor, que le procura a ella, a Elvira, cierta posición de privilegio en la casa, siempre sazonada por la burla, la chanza y esa increíble oportunidad que todos quisiéramos tener alguna vez de ver y controlar sin ser vistos.




Me han gustado los espíritus, los de carne y hueso, y los actores que están detrás de ellos. Creo que Lorca, con las nuevas adquisiciones, tiene cuerda para rato, y sólo cabe desearles mucho éxito en éste y los siguientes montajes que se proponga-y yo que lo vea-. De momento, va mi enhorabuena por haber sido seleccionados para el certamen de Carrión de los Condes con Doña Rosita la Soltera de F. G. Lorca.




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