domingo, octubre 30, 2011

EN LA HORA DEL ESTUDIO


En la hora del estudio
y de la casa baldía,
vacía de gente,
las letras emergen
como atalayas
por entre los libros,
y se atrincheran
ante la ventana
de mi madriguera.
En clave de sol,
la tarde calienta la siesta
y los muebles,
festival de hojas quebradas
tapizando mil suelos
de mil parques en sueños.
El cristal ardiente prende
y hace hoguera,
pira sedente,
del pensamiento callado
en boca que miente,
convirtiendo en ceniza
esas láminas finas de árbol,
hojaldres infinitos
escritos a dos caras,
con calma y sin prisa,
por el diletante genio
que agoniza.
Es la eclosión de los libros inertes,
que esperan el ritual del amante
lector que sepa entenderles.

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