jueves, enero 19, 2012

EMPIEZA UN AÑO


Empieza un año, acaba otro, y yo,
escondida, sigo el rastro de mi ayer,
olfateando un sino que se me antoja inodoro.
Agazapada llevo el alma por dentro,
encogido el corazón y arrugada la esperanza.
Un carro tira de mis recuerdos,
protegidos por almohadas huérfanas de lechos,
son reminiscencias vulnerables al olvido,
enfrentadas al futuro y entregadas a un destino
al que auguran los tahúres
un órdago, punto final, del finiquito
que equivale a mi partida, un cheque en blanco
que me lleva al otro barrio en limusina.

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