lunes, marzo 26, 2012

ENTREPIERNAS

El día de mañana,
después de este hoy que vivimos en letargo
estando eternamente adormecidos,
veremos brillar la juventud de nuevo,
reverdecerán los amores prohibidos,
se levantará la veda de la caza del amor
y, como venados malheridos por Cupido,
caeremos abrazados y abatidos sobre un lecho.
Seré por ti la más bonita de la fiesta,
tú serás el pincha, mi rockero,
los dos seremos príncipes sin pasar por cenicientos,
y, al salir del baile,
arropados con la chupa de un “te quiero”,
subiremos en la moto y volaremos.
Sentiré rugir su motor y tu motor
entre mis piernas,
galoparé libre sobre ti y sobre el corcel de acero
con mis pechos erguidos y orgullosos,
desafiando al viento,
apuntando al cielo como dardos.
Eso sí, aún me cabe la gran duda
de si lo que me despierte de este sueño
no sea un beso, sea una bofetada,
y me vea nuevamente
encadenada y maniatada
a un asiento,
con las piernas separadas,
sintiendo entre ellas el vacío de la nada,
el hueco de tu cuerpo que se ha ido
y el recuerdo del vibrar de la grupa
de aquel corcel de acero.

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