miércoles, marzo 21, 2012

En el día de la poesía, Poesía debe ser…

Poesía es el viento que mece
las hojas de los árboles
y bisbisea palabras bonitas
a través de mi ventana.
Poesía debe ser la lengua
de mi perro, que lame con
cariño
mis heridas cada día.
No lo sé a ciencia cierta,
pero poesía ha de ser ese
chotis madrileño que me
asalta
con su aroma mientras vuela,
cada vez que destapo una cazuela.
Poesía es sentimiento,
lo efímero del tiempo,
las miserias de la vida
que asoman y envilecen
y cual flores se encaraman
en lo alto de una papelera.
Poesía es una rata de cloaca
con plumas, pico y alas de
gorrión.
Poesía es que un día
algún desconocido
en un bar me haga la ola
y me cante el alirón,
poesía… poesía es,
sentarme en la terraza,
tomar cerveza en una taza
y que el sol de mediodía
me lo sirvan en una jarra
fría,
poesía es que me lea él,
y que al pasar sus ojos
por lo escrito,
se me desnude el alma
y se dé cuenta que,
aún siendo vieja, me excita
que me hable su silencio
y éste sea una suerte
de cálido volcán en calma.
Poesía es mi perenne tristeza
disfrazada de mentira
bajo el tupido velo de un
poeta
con nariz de payaso,
con una flor de pega en la
solapa
y una estúpida maleta.
Creo que poesía es no saber
nada
y buscar la explicación, no…
eso es filosofía, la poesía
no es eso,
poesía es escribir
frases tontas e inconexas
que significan nada
y que apuntan con su flecha
a la diana de algún pobre
corazón.
Poesía es hundir esa flecha
en el centro,
herir sin pena y salir al
encuentro
para que el alma que busco
llore de emoción y pase dentro,
o, voluble y casquivana,
tenga a bien
limpiarse el culo con mis
versos
y sin un adiós darme la
espalda,
que, mientras juega conmigo
como le viene en gana,
el poema que aún me debe
se viene abriendo camino
por debajo de mi falda.

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