domingo, abril 22, 2012

Rastro, te sigo


Rastro, te sigo

huella en asfalto,

gris de armonía,

oscuridad sublime

de tu mirada,

la que  acaricia

mi encrucijada,

mirada efímera,

mirada mía.

Persigo en mi locura

tu pie sobre tierra

fresca y húmeda.

Devenir tan esperado

sin sufrir,

tarde de agosto,

tormenta de estío

sin lluvia ni abril.

Laxo es el tiempo

de espera

cubierto de amor

y calima,

duro el otoño

que cubre con hojas

de calendario

el suelo de un parque,

noche de octubre,

viento del norte

sin árbol ni luna.

No hay quien soporte

el silencio

que un día dejaste

sobre el teclado

de un piano mudo,

luz que agoniza,

poeta borracho,

no hay más bebida

ni cera que arda

en el candelabro,

te busco en la alfombra,

caído en el suelo,

me agacho

y la partitura

que me has diseñado

apenas te nombra,

pero yo la beso

y luego me marcho,

dejando el sonido

de mis pisadas

guardado en un cofre

como un relicario,

para que recuerdes,

por si has olvidado,

el garbo que luce

mi breve zancada,

mi olor afrutado

mi triste mirada,

siempre enamorada.

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