miércoles, septiembre 05, 2012

primos

Es curioso… indignante, en todo caso poco entendible para el ciudadano de a pie, que cuando se habla de crisis y empeoramiento de la economía se insta –mejor dicho, obliga- a todos a arrimar el hombro, argumentando que esta crisis es de “todos” y todos hemos de colaborar, mientras que, cuando hay un ligero repunte, una pincelada de color rosa en el termómetro que mide nuestras finanzas, el beneficio que se deriva de dicha pincelada sólo lo perciben unos pocos. Me estoy refiriendo a todos esos datos apocalípticos que auguran un otoño, invierno, primavera, etc, etc…algo más que ásperos para la mayoría, con subidas de IVA, de precios, claro está, con recortes por doquier, suspensión de pagas extraordinarias para los funcionarios, no sólo una vez, dice el oráculo que para varios años más, recorte de moscosos y/ o vacaciones, pronósticos demenciales que hablan de poner a currar más tiempo a los ancianos mientras los jóvenes ocian y se amustian, más recortes e impagos en el caso de los dependientes, auténticas tropelías contra los parados, la sanidad… la educación, tantas cosas cotidianas… de acuerdo, de acuerdo… pero ahora va y asoma el Presidente del Banco Central Europeo, un tal Draghi, con un rictus en su rostro, cada día un rictus distinto eso sí, y el día cuyo rictus muestra una media sonrisa, una elevación de ceja medio centímetro por encima de la norma, o se tira un pedo para los países mediterráneos, con la Merckel a los coros, en clave de Diana Laureada… ¡pumba! ese día sube la Bolsa y baja la Prima, ooolé! Y se supone que entonces nosotros también debemos pedorrearnos de gozo. Menos mal que no lo hacemos porque, los pobres seremos pobres pero no tontos, pues el hecho de que la Bolsa suba nos la trae más o menos floja a nosotros, los pobres; lo que de verdad nos interesa cuando el señor ése y la alemana se muestran lisonjeros, es que el contenido de nuestro portamonedas, cada día más exiguo, suba también al ritmo de la Bolsa, aunque dicho ritmo sea de bolero y no de mambo, y eso de que la Prima baje pues… puede estar bien, nadie lo duda, pero… ¿y quién conoce a la Prima ésa…? Porque los contribuyentes normalitos no sabemos quién es esa zorra que tanto jode, lo que sí sabemos en cambio es quiénes son los primos, nosotros, y encima no podemos sacar pecho como el del Zumosol
 
 
 

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