lunes, noviembre 05, 2012

LA CHISTERA





 

Recibí la chistera de manos del guardarropa y le di las gracias. Introduje dentro de ella un puñado de heno fresco, lo removí, aspiré su aroma y después me la coloqué totalmente calada hasta las cejas.

Acto seguido me presentaron a una señora muy distinguida y muy fina. Cuando la saludé,  hice una pequeña reverencia y me quité la chistera. Quise hacerle entrega de una delicada rosa pero, aún no me explico cómo, sólo fui capaz de poner sobre su mano un hermoso conejito blanco.

 


No hay comentarios: