martes, diciembre 04, 2012

CORAJE


 

"Levantarte del suelo cuando has caído, tirar del carro hacia adelante y no arrojar la toalla frente a la adversidad, el desprecio o la humillación, no son necesariamente sinónimos de cobardía. Muy al contrario: son gestos indicativos de orgullo y de raza, de amor propio y pasión, de coraje y de una enorme voluntad de querer hacer que las cosas cambien..."

 

El preparador físico deambulaba, dando vueltas arriba y abajo por el vestuario, con las manos hundidas en los bolsillos del pantalón. Mientras, iba desgranando y derramando sus pensamientos en voz alta, con la secreta esperanza de que cayeran sobre terreno fértil y germinaran.

Sentado en un banquillo y enfundado en un batín de raso, la joven  promesa del boxeo ocultaba su rostro sollozante entre unos aparatosos guantes negros. Su nariz sangraba profusamente. Desde una legua y sin gozar de vista de lince, cualquiera podía apreciar que la tenía rota. De entre los bordes abiertos de un corte en una ceja, se le iban escapando la sangre y el valor a partes iguales y a borbotones. De pronto, se liberó de los guantes, los arrojó al suelo con rabia, se incorporó en el asiento, y de un brinco llegó hasta la puerta, cerrándola de un sonoro portazo.

Con esa rápida maniobra no pudo evitar que la sangre siguiera fluyendo y huyendo de su cuerpo, pero al menos sí consiguió impedir que el valor se fugara de su alma y escapara por un resquicio del vestuario disfrazado de falsa dignidad.

 

 

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