viernes, diciembre 07, 2012

SIENDO MONTAÑA AUSENTE

 
Siendo montaña ausente,
siempre gris, te echo de menos.
Rojo velo transparente de rubor
tiñe mi cara de lejos.
Amarillo tornasol
de aquel verano caliente…
¡qué atrás se quedó en el tiempo!
Breve juventud sin serlo,
marchitable en un minuto,
qué gozoso su recuerdo incandescente,
qué dolor blanco e impoluto
aferrado como un clavo a mi presente.

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