Siendo
montaña ausente,
siempre gris, te echo de
menos.
Rojo velo transparente de
rubor
tiñe mi cara de lejos.
Amarillo tornasol
de aquel verano caliente…
¡qué atrás se quedó en el
tiempo!
Breve juventud sin serlo,
marchitable en un minuto,
qué gozoso su recuerdo
incandescente,
qué dolor blanco e impoluto
aferrado como un clavo a mi
presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario