domingo, febrero 03, 2013

LA LÍNEA AZUL

 
 
 
Aquel tipo raro se empeñó en seguir la línea azul que estaba trazada en el suelo. Por eso cruzó calzadas, recorrió aceras, trepó  árboles, escaló muros, atravesó parques, entró en una peluquería por la puerta principal y salió por la trastienda,  y así mucho rato, hasta que por fin llegó a una boulangerie de la Rue Lamartine. Cuando pasó al interior, se sintió excitado por unos agradables efluvios a bollitos calientes y a pan recién horneado. La línea azul se perdía en aquel establecimiento. Encontrarla  frente a si fue toda una sorpresa, allí estaba… con ese dulce  gesto tan suyo, con todo su encanto y elegancia, tan francesita, tan chic… Se dio cuenta demasiado tarde que estaba perdiendo los papeles, fue justo antes de que sufriese un ataque de ternura y cayese  profundamente dormido y abrazado a la dichosa rayita azul que trepaba por sus piernas, escondiéndose bajo la falda de Amelie.

 

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