Con todos mis respetos hacia la decisión de
Angelina Jolie, de extirparse ambas mamas de manera preventiva -por lo visto ahora además también está dispuesta a extirparse
los ovarios-, y con “sólo” unos indicios
genéticos (conste que en ningún caso quiero frivolizar con temas de este calado),
creo que quienes sí frivolizan son los facultativos, medios o personajes
públicos cuyas opiniones son tenidas, a veces demasiado en cuenta, por la gente
de a pie. Me refiero al hecho de que públicamente se pronuncien acerca de tal
decisión como la más acertada de todas, loando el gesto de la actriz y
convirtiéndola en una heroína. Es mi humilde opinión, pero tan válida como
otras –creo-… y mi reflexión es que para el viaje de la Jolie no se necesitan
alforjas, no es moco de pavo que por unos análisis genéticos –que posiblemente
las ciudadanas “normales” no puedan realizarse, y menos ahora con los recortes
en Sanidad-, sin indicios aún de células tumorales en su cuerpo, termine una amputándose
todo, pues puestos a eso… si te tomas un chupito de cicuta también eliminas
todas las posibilidades de contraer cualquier tipo de neoplasia, accidente
cardiovascular, accidente de tráfico… incluso el tan temido Alzheimer. Está
bien que se informe -incluso se obligue- a la población, a través de campañas,
de la conveniencia de realizarse exploraciones –como es el caso de las
mamografías- para prevenir y/o localizar lo que puede llegar a convertirse en
grave enfermedad, cuando aún es sólo un pequeño indicio, pero de ahí a que un
ciudadano, por el hecho de que su padre falleciese de un cáncer de estómago, de
laringe o de pulmón, deba someterse a una cirugía radical, y gastrectomizarse, laringuectomizarse o
neumonectomizarse por si acaso… me parece muy fuerte, en todo caso sería su
decisión y la de los doctores que le apoyasen, pero que no aparezca después un
coro de sesudos galenos, periodistas, científicos o actores de Hollywood diciéndonos
que ese tipo es ejemplar por hacer lo que hace. A veces perdemos el norte, las
informaciones que dan por la tele llegan a toda la gente, también a los
hipocondríacos en exceso o a determinadas personas con algún tipo de
desequilibrio mental o emocional que no saben manejar bien estos datos y los tergiversan,
con el consiguiente desmadre que puede provocarse posteriormente, desde el
pánico o la obsesión, si conocemos la causa de muerte de nuestros ancestros, o a
querer emular a la admirada actriz de cabecera… etc…etc… Por otro lado creo que su decisión
corresponde a algo muy íntimo que, si bien en caso de padecer la enfermedad, el
hecho de “airearlo” es un gesto encomiable y lleno de arrojo, ahora mismo y en
las circunstancias que nos cuentan, me parece un gesto temerario. Lo siento. No
lo comparto.
Y los doctores “estrella” que administren sus
vastos conocimientos con cautela so pena de que el remedio sea peor que la
enfermedad.
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