DUDO SI SOY ELLA
Dudo si soy ella,
esa que te avista subida en una estrella cada noche.
La que te acaricia cuando duermes
y, de vez en cuando, te lanza algún reproche.
Dudo si soy ella,
la musa que invocas cada día, la que te inspira cuando,
con el escalpelo y con alevosía, degüellas una rosa del rosal
para tejer un manto de poesía y regalárselo a ella.
Dudo si soy ella,
esa oscura dama que te inquieta y produce tal zozobra,
que a pesar del tiempo y de una torpe maniobra
aún te sigue procurando un leve malestar,
esa especie de oleada de calor en la barriga
que, por mucho que uno diga, es fácil detectar,
difícil de explicar e imposible de evitar.
Dudo si soy ella,
la que ocupa cada rincón de tu mente
y te convence de tu natural disposición a ser demente,
lunático incoherente, que, queriendo ganar pierde
frente a esa dulce tendencia,
esa cálida querencia que te lleva
cada noche a asomarte a la ventana
a contemplar una estrella,
y, tras un guiño canalla,
hacerle
una reverencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario