Reportero silencioso y furtivo
que sigues a tu presa con cautela
y le robas el alma, vaya tela,
de un balazo certero e impulsivo.
Es igual que el tipo sea expresivo,
hermoso, feo, joven o una abuela,
el asunto es que no falte clientela
y tu puedas mostrarte subversivo.
Callado, agazapado tras un seto,
sientes que al otro lado algo se mueve,
le apuntas con la Canon, muy discreto,
y
le abates de un tiro limpio y
breve
igual que yo disparo este soneto,
dispáreme usted otro... si se atreve.
(Ana Mª Rodríguez)
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