lunes, noviembre 19, 2018

Próximas actuaciones




¡Vamos allá!!
Jueves 22 de noviembre, 19:30H., CC JL Mosquera por el Consejo social de Huerta del Rey, para el día de la No Violencia... ESCALA DE GRISES
Viernes 23 de noviembre, 19:00h., CC Zona Este (Pajarillos), para el día de la No Violencia... ESCALA DE GRISES
Sábado 24 de noviembre, 19:00h., CC EL Campillo por la Asociación de Vecinos Caño Argales, para las fiestas del Barrio san Andrés... RECESO
Sábado 1 de diciembre, 19:00h., CC Pilarica, para día de la No Violencia... ESCALA DE GRISES
Domingo 16 de diciembre, hora pte,, Teatro Municipal de Campaspero... PENÉLOPE BAJO LA LLUVIA
Sábado 22 de diciembre, 19:00h, Espacio Escénico Labienpagá, a beneficio de la Protectora de animales Scooby… ESCALA DE GRISES
Diciembre 29 de diciembre, hora pte., Teatro de Matapozuelos… DE SU DUEÑO TAL VEZ OLVIDADA
Otro día, más adelante y con calma, vemos los compromisos adquiridos para 2019

miércoles, noviembre 14, 2018

Con las fiestas del Barrio san Andrés


Estaremos en las fiestas del Barrio de San Andrés con la Asociación de vecinos Caño Argales.
Sábado 24 de noviembre, C C El Campillo, 19:00h.
RECESO de Poeta Bululú

lunes, noviembre 12, 2018

EN BLANCO


Albura fría de la nieve es gesto tuyo. Bajo una manta gélida mi cuerpo blando y viejo, yace: tu pétreo corazón apenas se conmueve. Noches blancas, insomnes serenatas de albinas pesadillas, dúctil colchón asexuado sin fluidos destilados, cámara triste, jergón de moribundo, silencio disuasorio y, en el tejado, álfica la luna interpreta un miserere con voz queda y callada, el suave terciopelo entona con sordina. Armiñado reflejo en mi ventana, las horas pasan… la noche está conmigo. En blanco.

(Ana Rodríguez)

INÉDITOS PRINCIPIOS

Página uno del capítulo uno del primer libro de mi primaria vida, dos puntos:
Nací en blanco de un vientre transparente, fecundado por una semilla translúcida. Mi madre no me vio cuando llegué al mundo. La comadrona tampoco. Tan sólo oyeron el vagido de un niño inacabado e invisible.  Puede decirse que pasé desapercibido entre los muslos de mi madre,  puede decirse que  mi advenimiento a su lecho quedó inédito.
Mi padre consideró, cuando no me vio, que era un niño inexistente, lo cual me dolió en el alma y me dejó marcado de por vida; pero a la vez esa enorme -aunque cristalina- fortaleza, generada en las profundidades recónditas –aunque diáfanas, todo hay que decirlo- de mi ser, fue de gran ayuda para la cosa de mi autoestima cuando, llegada la edad adulta, seguí pasando desapercibido entre los muslos de las otras mujeres, y mi advenimiento sobre sus lechos también siguió quedando inédito.

(Ana Rodríguez)

LA LUZ DE LA BOMBILLA

La luz de la bombilla me daba de pleno en el rostro y me obligaba a cerrar fuertemente los ojos. La tenía tan cerca que me quemaba la piel, era como si estuviese tumbada en la playa bajo un sol de justicia justo a la hora en que más calienta. Empecé a sudar copiosamente y dio en picarme todo el cuerpo igual que si tuviese azogue. Permanecía tumbada, completamente desnuda, y poco podía hacer para evitar la desazón. Me agitaba en el lecho de un lado para otro, y además de lo que me ocurría por delante, estaba lo otro, lo que me ocurría por detrás, es decir, una especie de sábana áspera como lija me rozaba la espalda y amenazaba con desollarme viva si no me levantaba de ese sitio. Lo intenté pero no pude, era tan seductor y magnético ese sol artificial que habían instalado allí… Pero lo que más me superaba en esos angustiosos momentos era el hecho de no poder impedir esas dichosas marcas que iban a quedarme en los brazos y en los tobillos, lástima de bronceado integral, tantas veces pretendido y nunca, ni tan siquiera ahora, logrado.
Miré al centinela por ver si se compadecía de mí y me desataba, pero no hubo manera.
(Ana Rodríguez)

domingo, noviembre 11, 2018

EN NEGRO



Fuliginoso hado,
me persigues y sacias
 tu gula desatada,
oscuro devenir
te apropias de mi estrella,
calima denegrida
te ciernes sobre mí desde la cuna
y ejecutas tu sentencia atrabiliaria
hasta en la cama.
Turbio presagio,
pozo sin fondo,
singular es mi sino
y donde pongo el ojo
ya no cabe ni una bala.
Reveses del azar,
magnífica palabra,
en mi caso, emponzoñada,
atramento del destino
que me habla enloquecido
y ensombrece mi camino.
Negro es tu afán, me dice,
y la triste y luctuosa sonochada
tizna de luto
la tela de mi almohada.

(Ana Mª Rodríguez)

Enemigo sincero

A la larga es mejor el enemigo sincero que me pone en mi sitio, sin lisonjas ni paños calientes, que el amigo embustero que enoja cuando adula más que habla... sabiendo que me miente.
(Ana Rodríguez)


AMANTES DEBUTANTES


AMANTES DEBUTANTES
Luces de neón agonizantes, semáforo en rojo, asfalto de un brillo rutilante, pluma extraviada de un palomo cojo, sirena con timbre de contralto, besos a oscuras palpitantes, borrachos con el vientre flojo, pareja de amantes debutantes, cita clandestina en el Rialto amándonos de prisa, con rabia, en un instante, dos caladas a un asalto y, mientras nos vestimos, sintiéndonos culpables, nos miramos de reojo, consultamos los relojes y con cualquier excusa nos decimos “hasta pronto” tan campantes. (Ana Rodríguez)

LO PROHIBIDO



Erase un tipo que estaba tan cansado de obviar las puertas prohibidas de la vida, esas que dicen las malas lenguas que encierran grandes peligros tras de si, que un día decidió pasar de todo y probar a ver que se ocultaba detrás de una de ellas. Cuando se halló ante la puerta vio sobre el dintel una luz roja indicativa de peligro, pero no hizo caso y, empujándola con decisión y valentía, pasó al interior. Una vez dentro, lo primero que se encontró fue una gran pancarta sostenida por varias personas, en realidad parecía que estuviesen celebrando algo todos aquellos. El cartelón decía: “¡¡Enhorabuena¡! Por ser el daltónico un millón que pasa al Lado Oscuro, te ha correspondido un premio”. En efecto, sentada sobre un taburete, vestida de rojo –naturalmente-, y paladeando con sumo deleite una manzana, le esperaba la muerta más sexy, bonita y picante de todas.

(Ana Mª Rodríguez)