viernes, julio 10, 2020

ÁRBOLA

ÁRBOLA
Hoy me he levantado siendo árbol -árbola, que soy chica- de un parque, y confieso que no me desagrada la nueva identidad... Sólo hay un aspecto mejorable, y es eso de que los árboles no podamos movernos y tengamos que estar quietos siempre en el mismo hoyo, sobre todo cuando somos personas, perdón,  árboles... árboles de natural inquieto.
En el parque se está muy bien, tengo muchos amigos, otros colegas como yo, flores, personas, insectos, pájaros, perros... Vivir a la intemperie tiene sus pros y sus contras, pero también pasa eso cuando vives al cobijo, así que estamos en paz.
Aquí puedo ser todo lo imaginativa que quiera, de hecho, tengo la cabeza llena de pájaros que no cesan de piar y dar saltitos. Cuando eres árbol tienes que aguantar muchas cosas, pero cuando no lo eres, también. A mi me han hecho de todo, y confieso que unas cosas molan más que otras, pero es lo que hay, por ejemplo, me han tatuado en la barriga corazones atravesados con flechas, nombres de parejas enamoradas, promesas de amor... también han adherido a mi piel, carteles con casas en venta, ofertas de viajes, propaganda electoral, dedicatorias de mal gusto...Le toman a una por el pito del sereno. Me consta que una vez al año vienen unos operarios a adecentarnos, nos cortan el pelo, nos afeitan, nos cortan las uñas... eso de cara al verano tiene que estar muy bien, ha de agradecerse la frescura. También vienen muchos perros a aliviarse la vejiga, levantan la patita y me ponen los pies perdidos, bueno... me entran sudores cuando veo acercarse un enorme mastín leonés que pesará 60 kilos, aunque es tan bueno como grande, y echa unas meadas tamaño tribu, bufff, qué horror...
Esta mañana uno de mis colegas le hacía confidencias a otro, y he pillado parte de la conversación. Decía estar preocupado porque van a hacer un carril bici que atraviesa este parque, y por lo visto “molesta” toda una fila de arbolitos, lo que no sabía este colega era qué zona iba a ser la “agraciada” con la tala. Como soy novata no sé qué consecuencias tiene eso de la tala, no sé qué es talar... bueno, con el tiempo ya iré aprendiendo.
Vaya hombre, pasa un rato y estaba yo tan a gusto disfrutando de mi propia sombra y del trinar de los pájaros, cuando ha venido una furgoneta con el logo de una empresa de jardinería, que ha aparcado al lado. De ella han salido varios operarios. Uno de ellos, el que iba provisto con un aparato de grandes dimensiones, una especie de sierra eléctrica, recibía órdenes de lo que parecía ser el capataz. Intercambiaron impresiones y el de la sierra echó a andar en mi dirección. No me lo explico, he sentido humedad en mis pies, un charco grande como el que deja el mastín leonés cuando mea, pero mi amigo aún no ha venido hoy a saludarme. Creo que es mío. Me he meado por la pata abajo. De pánico. Ya sé qué es talar.

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