viernes, julio 10, 2020

ESTO NO ES VIDA

ESTO NO ES VIDA

¡Me ha vuelto a ocurrir! Hace mucho tiempo hubo un día en el que amanecí siendo un teléfono móvil, pero de aquellos de antaño. Ahora me ha pasado de nuevo, el otro día amanecí siendo un celular de estos modernos. ¡Vaya trajín! No hay quien lo aguante. Mi amo me tiene todo el día de la ceca a la Meca, no me deja parar, esto es un sinvivir...
Aquello era vida, la de los móviles de entonces, cuando sólo te utilizaban para platicar con alguien o, como mucho, enviar un mensaje, no servíamos para más. ¿Pero ahora...? Si es que mi amo es un inútil que no sabe hacer nada, se lo tengo que dar yo todo hecho. No sabe preguntar unas señas, se lo tengo que decir yo; no sabe consultar un mapa, se lo tengo que hacer yo; no sabe hacer una suma ni una división, recurre a mí; no sabe consultar una enciclopedia, tengo yo que darle la información de todo cuanto ignora; no sabe traducir un idioma extranjero porque como soy políglota...; yo le proporciono la música y las películas, antes iba al cine o miraba la tele, ahora se lo sirvo en bandeja; no carga con libros cuando va de vacaciones, para eso estoy, chico para todo; tampoco compra periódicos ni revistas, para qué, si el kiosko soy yo; me encargo de hacer sus fotos y de grabar sus vídeos -sus chorradas, porque no hace más que grabar chorradas...-, soy la celestina que se ocupa de sus citas, soy el que gestiona sus redes sociales y sus cotilleos, soy su agenda personal, me usa de despertador, de cronómetro, de cuentapasos, pago sus deudas en el supermercado o en los grandes almacenes, le hago la declaración de la renta, me usa para hablar con su médico, me tiene todo el santo día en modo paloma mensajera, whatsapp va, whatsapp viene; llena mi cabeza con todos los datos que él necesita pero es incapaz de retener, soy el juguete de su niño cuando se sienta en una terraza a la patalallana y no quiere que el rapaz dé por culo -la criatura me vuelve loco, me anda en todos los botones y me desconfigura entero, me vuelvo turulato-... cansa leerlo ¿verdad? Pues ni se imaginan lo que cansa hacerlo. Dispone de mi a todas horas, no descansa ni de día ni de noche, siempre enredando con los jodidos vídeos y los jodidos mensajes de whatsapp... ya sólo me falta hacer la colada, planchar y hacer la comida, aunque también me utiliza para prender la lumbre y la calefacción a distancia. Estoy harto, lo confieso. El otro día me precipité desde la mesa del salón, quería suicidarme. Nada. Sólo un rasguño en la pantalla. Mi dueño creyó que me había caído accidentalmente, así que me ha colocado una especie de corsé o coraza, que parezco un cruzado medieval, para evitar que “caiga” de nuevo y me rompa. Jódete. Por si fuera poco, cuando me agoto y digo hasta aquí hemos llegado, me mete un supositorio por el culo y me enchufa a la red... ¡a un enchufe con corriente de verdad!!! dice que para recargarme, ¿por qué no me da un bocadillo de jamón, para que me reponga, en vez de electrocutarme, eh...? Aaaah, eso no.
Estoy harta, no me gusta nada eso de ser celular de los de ahora, es agotador. Como esto se dilate mucho, me pido la atanasia... ¡¡¡quiero la atanasia, no quiero vivir más en estas condiciones!!!¡¡Atanasia ya!!!


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