lunes, junio 22, 2020

EL ABUELO NICANOR

EL ABUELO NICANOR


El abuelo Nicanor siempre decía lo mismo respecto a la tele, y sus hijos, nietos y bisnietos, siempre le llevaban la contraria por ello. También es verdad que cuando se cansaban de llevarle la contraria, le seguían la corriente. Pero a veces supone un gran esfuerzo, con un nulo resultado, tratar de disuadir a un nonagenario de una de sus cabezonadas. El abuelo Nicanor sostenía, a veces con franca aprensión, que “los que salen” en la tele nos ven a nosotros igual que nosotros a ellos, como si la tele, en vez de ser lo que es en realidad, fuese una ventana abierta de par en par. No sería asunto baladí, de ser cierta su teoría, que los presentadores, músicos, deportistas, políticos, científicos, actores, etc… que asoman a través de la pequeña pantalla, nos estuviesen escrutando a nosotros en nuestro acontecer diario. La idea, además de curiosa y peregrina, tiene bastante de inquietante. No en vano, cuando el abuelo Nicanor asistía desde su sillón, como testigo mudo, a películas de terror, thrillers o del género bélico, se encogía de manera que no le entraba un piñón por el culo, y las pasaba canutas bajo su mantita de cuadros, transformándose en un ovillo y en un manojo de nervios, sólo de pensar que esos tíos de la tele, cuando acabasen con los de ahí fuera, empezarían con los de dentro, con los de casa. Lo cierto es que nadie tomaba en serio sus preocupaciones –lógicamente-. Pero, mira por dónde, el abuelo Nicanor llevaba algo de razón. Una noche que salieron  su hijo y su nuera a cenar, y él se quedó sólo frente al televisor viendo un partido de liga, en un despeje colosal de un saque de esquina, la pelota traspasó la pantalla e impactó contra la cabeza de Nicanor, rebotando luego contra el espejo “bueno” del salón. Como resultado: traumatismo craneoencefálico para el abuelo, espejo “bueno” hecho añicos, y saque a favor del equipo contrario porque Nicanor no fue capaz de despejar el balón de un cabezazo para situarle de nuevo en el centro del campo.
A raíz del golpe a Nicanor se le empezó a ir la olla y a veces desvariaba, pero por más que él insistía e insistía en que había sufrido un balonazo que le había dedicado un jugador de la Real Sociedad, su equipo favorito, nadie le creía, es más… sus hijos, que llevaban algún tiempo barajando la posibilidad de llevarle a una Residencia de ancianos, vieron con este incidente que la ocasión la pintaban calva.
Nicanor ingresó en una Residencia “diagnosticado” de Demencia Senil, con cuadros alucinatorios y agresivos que le llevaban a lanzar objetos contra muebles y espejos, poniendo en peligro su propia integridad física y la de sus familiares.

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