INSTANCIA
Te descubro al levantar una patata
y también bajo el oscuro pelo de mi gata.
Ansiosa te espero sobre un asiento de plata
trenzando un cesto de palma.
Impertérrito, tu corazón de hojalata
con sus bordes corta mi alma,
y yo me desangro en calma
mientras tu silencio muere y mata.
Ha pasado largo tiempo,
he trenzado varios cestos,
he levantado un quintal de patatas,
y ya he escrito tantos textos
que he puesto de manifiesto mis delirios
y desnudos apilados sobre un tiesto.
Pese a todo y pisoteada
aún no consigo ver nada,
tal vez algún miembro enhiesto
que, gozoso de mí, se empalma.
Tras lo expuesto, si no te sirve mi gesto,
declaro solemnemente que esta vida que detesto
incurre en grave falta de incesto,
pues con mis sueños se enjalma
cada vez que yo me acuesto,
y, por lo que a mi respecta, no temas,
que con tus besos, tan ausentes y supuestos,
yo me empacho y me indigesto.