miércoles, julio 20, 2011

A TRAVÉS DEL CRISTAL

Me miras a través de un cristal apagado,
y tus ojos, caricia de sol, atraviesan la lente
calentando el vidrio y abrasando mi piel.
Me estremezco y como una niña sonrojo.
No sé qué decirte.
Balbuceo frases torpes e inconexas,
tú, sorprendido,
me evalúas y te inventas a otra que no soy yo.
“Siempre quise ir a París ¿sabes?”
Digo mirándote a los ojos mientras enredo
con las llaves de un apartamento vacío que,
al igual que yo, no existe.
“Quiero vivir contigo la aventura
de bailar juntos el tiempo
dentro del espacio que quepa
en una buhardilla mágica,
la quiero mágica, tanto…
que suspendida de una tela de araña
se balancee colgando desde el cielo
sobre un tejado de Montmartre.
Desde lo alto de la torre de una iglesia,
con mis dedos,
tocaré las nubes para ti en forma de soneto
siempre que tú toques para mí
una improvisación de jazz en un sótano prohibido
perdido entre la bruma y el humo.
Sostendré una copa con mis manos,
heladas por el frío de la muerte,
esta muerte tan absurda que me lleva cada día a no ser nada,
y te miraré a través del cristal apagado
hasta que las cuencas vacías de mis ojos,
caricia de sol,
quemen tu piel desde lejos”

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