jueves, septiembre 10, 2015

TERCERA DE FERIA



Casi era predecible, una de arena y otra de cal. Si la de ayer fue la de cal, pese a los ímprobos esfuerzos de José Luis, el Director del Bailarín Vicente Escudero, por hacérnoslo más llevadero, con su compañía y su sonrisa, la de hoy ha sido arena pura, arena dorada de albero en la Casa de Zorrilla.
Nuestra tercera tarde, repitiendo allí los Sainetes, ha sido contar con el mejor toro del encierro -siguiendo en términos taurinos, pues si la tauromaquia ha dado algo bello, entre otras cosas, ha sido un hermoso vocabulario-. Toro bravo y encastado pero de suave y noble embestida. Ayudó la bonanza meteorológica, ni una brizna de ese viento molesto que tanto desluce una lidia. Acompañó el tiempo, acompañó el respetable, y los espadas cuajaron una buenísima faena sobre el entarimado del jardín de la Casa Zorrilla, toreando con temple, con arte y con enjundia, realizando una variadísima tanda de lances en el primer tercio, y adornándose a la salida de cada pase con empaque y torería. Hubo toreo del bueno porque hubo público del bueno, los actores hilvanamos un toreo casi, casi de salón. La plaza-jardín del coso de la Casa Zorrilla  colgó el cartel de no hay entradas, registrándose un lleno en el que hubo que añadir más asientos, aquellos en los que los diestros asentaban sus trajes de luces y capotes de paseo -o de salir a escena, para entendernos-. Seguimos con el símil taurino para describir -con regocijo- lo que ha sido para los integrantes de Poeta Bululú una espléndida tarde de feria. Para nada sorprendente. Allí siermpre está garantizado el éxito, buenas "empresarias" esas jefas, entregadísimo público -¡de gratis!-, toros de carril... qué más se puede pedir? pues que nos contraten el año que viene.

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