COSECHANDO PATATAS
Un hombre estaba cosechando
patatas en el campo, a medida que avanzaba con la cosechadora y hundía las
piezas pertinentes en la tierra, iban apareciendo monedas de oro, unas monedas
enormes. El labrador, un tanto mosqueado, paró el motor y bajó de la cabina
para comprobar la naturaleza de aquello que tanto brillaba entre los terrones
de color ocre. Se quedó perplejo cuando advirtió que apenas sí había recolectado
una patata… ¡todo eran monedas de oro! Malhumorado, recogió aquellos “productos”
que le brindaba la tierra, los fue
guardando en sacos, y los colocó en la nave que tenía como almacén.
Pasado un tiempo, el
dueño del patatal, a bordo de un Porche de gran cilindrada, y luciendo un traje
de Armani de corte y diseño impecables, se dirigió a la Consejería de
Agricultura y Pesca de su Comunidad, para solicitar que su tierra de labranza fuese
declarada zona catastrófica –y las correspondientes ayudas- como consecuencia
de la plaga de doblones de oro que la asolaba y que hacían imposible obtener
una cosecha de patatas como Dios manda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario