sábado, noviembre 03, 2012

COMPONIENDO FRASES QUE SE ESCUCHAN EN LOS BARES


El compositor, en su afán por crear, siempre que iba al bar se encargaba de recopilar frases sueltas de cada tertulia a la que asistía como testigo mudo, convidado de piedra o simple voyeur. Después, igual que un sastre, las hilvanaba, puntada a puntada, hasta configurar un traje que le sonara bien al oído.

De tal modo que si un día, en una mesa contigua, se estaba hablando de toros, él diseñaba un vestido de luces con aroma a pasodoble; si se trataba de una pareja de enamorados prodigándose carantoñas y mensajes de amor, esbozaba un desnudo integral a ritmo de bolero; si hablaban de fútbol, tejía una camiseta a rayas con calzón corto al grito del alirón; pero si era un grupo de amigos en el que unos a otros se robaban  las palabras de la boca en medio de un gran jolgorio, hacía una improvisación de jazz vestido con traje a rayas y una corbata manchada de ceniza, merced al cigarrillo que, trémulo, el contrabajista dejaba suspender de sus labios;  si la disertación era sobre materia política, dibujaba un disfraz de camaleón para una partitura de música de tiovivo;  y finalmente… si veía junto a la barra  dos amantes mirándose con pasión, discutiendo y amándose, besándose y enfadándose a la vez, el artista editaba un tango vestido de riguroso luto, medias de seda con costura y pañuelo blanco anudado al cuello,  aupado sobre el atril de  un gran tacón de aguja.


No hay comentarios: