lunes, noviembre 12, 2012

TÚNEL


Cada vez que entro en un túnel me parece estar atravesando el tubo digestivo de un gigante, me adentro por la boca y salgo por el culo; el caso es que cuando el camino es de regreso, y atravieso el mismo túnel, siempre me pregunto lo mismo: entonces ahora…¿estaré entrando por el culo y saliendo por la boca?

Y me produce cierta inquietud, no puedo evitarlo, la duda  hasta me provoca complejo de supositorio,  no en vano me miro en el espejito que está oculto bajo el quitasol del coche y me veo con cara de lavativa, qué zozobra… bah, pero es sólo una sensación pasajera que cede pronto, de hecho, al acabarse el túnel, siempre me aguarda una luz espléndida al otro lado, sí… y reconforta sentir que dicha luz en el horizonte es tan blanca y suave como una enorme porción de papel higiénico –sin usar-

 

 

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