martes, noviembre 28, 2006

MASCOTAS...




El mundo de las mascotas es la mar de curioso y pintoresco. Cuando tienes animalitos domésticos desarrollas cierta capacidad de observación que te lleva a estudiar sus reacciones con detenimiento y...¿qué ves?. Pues que no son tan diferentes a nosotros como pensamos. Por ejemplo, una servidora tiene un perro y una gata. Pues bien:

El perro se llama Paquito ( Patxi cuando utilizamos el euskera que es casi nunca, entre otras cosas porque en esta casa, al ser oriundos de La Tierra de Campos, lo controlamos poco). ¿Lo ven?, simplemente por el nombre de pila ya se asemeja al vecino del séptimo. También usa barbas y bigote como él -y como su señora-. Al ser un mestizo cruzado entre Chihuahua y Pomerania es pequeñín y tiene las patitas cortas –igual que el del séptimo ¡lo mismo!, bueno... en lo del mestizaje no sé si coinciden, a Paco el vecino yo le veo más Chihuahua que otra cosa, por sus orejas ¿saben? las tiene enormes...- Mi perro por la noche, cuando se acuesta en su camita, vuelve hacia la pared la abertura que hace de puerta para que nadie le moleste cuando duerme -a mi me ha confesado “la Loli”, la del bigote para entendernos, que su marido hace igual, en cuanto cae en la cama es como una marmota, vamos... y hablando lo que es en “plan felino”, dice que se vuelve hacia la pared enroscado como un gato, ronca como un león pero que de “saltos de tigre” nastis de plastis, ya ven, quién lo iba a decir-.

La gata se llama Missi – a “la Loli” su marido le llama “Churri”-, es una tipa de rompe y rasga, morenaza, tiene unos enormes y expresivos ojos de color ambarino y se contonea lascivamente al caminar. Es más alta y más flamenca que el chucho (parece un Sargento Semana y al pobre le trae por la calle de la Amargura) -¡¡es la Loli!!. Está en celo la mayoría de las veces aunque Paquito pasa de ella –igualito que el Paco con la Churri-. Hemos observado que la vuelven loca los bomberos -maúlla melosa cuando ve que salen por televisión, pero bueno...eso no tiene nada de particular, también le sucede a la Loli...y aquí a la menda-. Finalmente, añadir que es la que lleva los pantalones y hace de portera controlando cada vez que sale el chucho de la habitación. Si tiene el día bueno, da un salto limpio, se sube al sofá, tracciona hacia abajo la manilla de la puerta y el perro sale; de lo contrario, se jode y se aguanta –como el Paco-.

En fin, como ven, los bichos no pueden ser más parecidos a nosotros. A veces, cuando están solos en la habitación, juraría que les oigo reñir acaloradamente y mencionan la palabra divorcio mientras se pelean por los utensilios de comer, el pienso y la cama-nido. Son exactos

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