mis libros se alinean,
las letras y las ciencias
se derraman como leche
encima de una balda de madera.
Los autores, resignados,
entrechocan sus copas
y mezclan sus ideas,
a veces tan dispares,
acercando así posturas,
venciendo las pasiones a las letras.
Esto es filosofía,
aquí están los cuentos,
y aquí…
verso, prosa, ensayo
teatro y otras tantas narrativas.
Por más que miro,
por más que me empeño,
por muchas vidas que viva,
jamás me sentiré su dueño.
Ellos serán libres y yo rea,
los libros quedarán,
pasarán años, y yo…
no seré ese espíritu eterno,
también libre,
que tenga tiempo y que los lea.
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